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IT: CAPÍTULO 2 crítica: Cuánto payaso y qué pocas balas

El entrañable payaso Pennywise regresa con los globitos más deshinchados en It: Capítulo 2

CHEMA PAMUNDI

Lo peor de It: Capítulo dos es esa incómoda sensación de que, en realidad, esta es la mejor versión cinematográfica que cabía esperar del clásico de Stephen King. La certificación de que, sencillamente, hay historias que nacen para un formato concreto y no funcionan igual de bien en ningún otro a menos que se adapten de manera muy libre, algo que por supuesto no estaba en el ánimo del director Andy Muschietti ni en el del guionista Gary Dauberman, y que Stephen King tampoco hubiera visto con buenos ojos; a King, después del cabreo que se agarró con Kubrick por esa adaptación de El resplandor que se pasaba la novela por la brinca, parece importarle bastante más la fidelidad que la calidad a la hora de valorar las películas basadas en sus obras. It: Capítulo dos es un término medio que se queda en tierra de nadie, cambiando la estructura fundamental del libro hasta estropearla, pero a la vez mostrándose demasiado respetuoso con King como para desarrollar una personalidad propia.

De todos modos, seamos justos: la primera parte de It, estrenada en 2017, era una cinta en general satisfactoria (pese a cepillarse asuntos fundamentales de la historia original). Tensa, adecuadamente evocadora (el “efecto Stranger Things”) e incómodamente extraña. Pero casi todo lo que allí funcionaba, aquí no lo hace. Entonces, ¿qué ha pasado? Pues han pasado un cúmulo de cosas. Para empezar, y esto ya era así en el libro, que la parte de la historia que atañe a los niños es mucho más interesante y amenazadora que la que se centra en los adultos. No es sólo que los chavales parezcan más especiales y tengan personalidades más marcadas, o que sean más frescos como protagonistas de una historia de terror que el típico grupo de cuarentones con traumas del pasado, sino que, al fin y al cabo, Pennywise es sobre todo un asesino de niños, y sus trucos y cambios de forma se antojan más adecuados para paralizar de miedo a alguien que aún no haya pasado la pubertad. Cuando tiene que lidiar con gente hecha y derecha, pues bueno, sí, sigue siendo un tío chungo, pero como espectadores hemos visto mil monstruos que dan más cagarrina que un clown que arrea mordiscos.

 

IT: CAPITULO 2: terror

"Que sea la última vez que me pides un vale para una Happy Meal"

 

Lo anterior podría haberse resuelto con soltura si Pennywise hubiera sido representado de manera menos canónica y más abstracta, más sugerida e informe. En la novela daba muchísimo miedo, entre otras cosas por ser un monstruo inconcreto, difuso, imprevisible. Aquí se convierte en un antagonista visualmente mucho más definido, y eso suele ser una mala receta para intentar asustar al espectador. Tiene demasiadas escenas, demasiados planos limpios, demasiados diálogos, se transforma en demasiados monstruitos creados mediante CGI (algún día deberíamos hablar de cómo los efectos digitales están empeorando el cine de terror). Muschietti, quizás llevado por un exceso de orgullo al ver lo mucho que se lo había currado el equipo artístico con el diseño del payaso, se salta esa máxima que viene siendo sagrada en el cine de género desde que a Spielberg se le rompió el tiburón mecánico y tuvo que rodar casi toda su película sin él: es más efectivo sugerir que mostrar. Un Pennywise que apareciera en pantalla la mitad de veces daría el doble de miedo.

It: Capítulo dos es un término medio que se queda en tierra de nadie"

De todos modos, el principal problema It: Capítulo dos es de narrativa básica. El guion intenta mantener un crescendo de tensión y profundidad dramática creciente, pero se pasa de prolijo (¿dos horas cincuenta? Vamos, no me jodas) y consigue justo lo contrario: trabarse en una estructura repetitiva que va perdiendo fuelle y haciéndose tediosa a medida que avanza. Toda la parte central es una sucesión de escenas en las que cada uno de los protagonistas va a alguna localización siniestra, en busca de un objeto simbólico necesario para montar un ritual anti-Pennywise, y tiene que pasar su propia “gimkana del terror” con suspense y sustito final incluidos. Cuando esto les ha pasado a los dos o tres primeros personajes, empiezas a contar mentalmente cuántos más faltan (“va, que sólo quedan el bajito, el negro y el de las gafas”) antes de que la película se desencalle y pueda seguir avanzando; lo peor de todo es que, cuando por fin sigue avanzando, lo hace para meterse de cabeza en un clímax final de más de media hora predecible, rutinario, un puntito ridículo y estirado hasta la murga.

 

IT: CAPITULO 2: terror

"Para disimular podemos decir que esto es la secuela adulta de Stranger Things"

 

Si It: Capítulo dos se salva de caer por el barranco es por el recuerdo de la primera parte, porque está filmada con personalidad, porque los actores mantienen el tipo sabiendo sacar punta a personajes desarrollados de manera muy epidérmica (Bill Heder y Jessica Chastain son los que más airosos salen) y porque los toques de humor funcionan muy bien (la película es más divertida que terrorífica, lo cual no tengo claro que sea un elogio). Pero no estábamos aquí para eso, por supuesto. Estábamos aquí para aquello a lo que en principio debe aspirar toda adaptación de una novela de Stephen King: hacer que nos caguemos vivos; y no, en este caso más bien no. De hecho, a ratos es más un thriller de aventuras sobrenaturales oscuras que otra cosa.

Hay dos pequeñas escenas en It: Capítulo dos que resumen un poco todo lo bueno y lo malo de la cinta: la primera es el reencuentro de los protagonistas 27 años después de los sucesos de la primera parte. Es una cena en un restaurante chino que empieza como un ejercicio de nostalgia, de exaltación de la amistad y de terapia emocional y acaba con un golpe de horror tan surrealista como sorprendente (quizás sea el único momento de la peli que consigue descolocarte). En la segunda escena, uno de dichos protagonistas ve en el escaparate de una tienda una bicicleta que tenía cuando era niño, y decide comprarla. En lugar de solucionar el asunto mediante elipsis (plano del personaje mirando la bici en el escaparate, corte y plano del personaje saliendo de la tienda con la bici comprada, y a otra cosa), Adam Muschietti prefiere recrearse dedicándole dos puñeteros minutos, con el protagonista y el vendedor de la tienda regateando el precio de la bicicleta. ¿Por qué? Pues porque el vendedor es un cameo de Stephen King. O sea, puro regodeo para fans. A It: Capítulo dosle faltan escenas como la primera, y le sobran escenas como la segunda.

 

INFORME VENUSVILLE

Venusentencia: Dos Caras Harvey

INF VNV 3

Recomendada por Kuato a: quien pase miedo con cualquier peli en la que salgan payasos malrolleros (incluso cosas como Zampo y yo).

No recomendada por Kuato a: quien considere que Stephen King es un pesado.

Ego-Tour de luxe por: la escena en la que Jessica Chastain visita la casa de la anciana para conseguir su objeto fetiche. Uno de los pocos momentos que exudan ese terror malsano y elegante que se echa en falta en muchos pasajes de It: Capítulo dos.

Atmósfera turbinea por: la sensación de confortabilidad, de “aquí no hay nada que temer” con la que se ve la película.

 

■ IT: CAPÍTULO 2. “It: Chapter 2” (2019). Dirección: Andy Muschietti. Guión: Gary Dauberman. Reparto: James McAvoy, Jessica Chastain, Bill Skarsgard, Bill Hader, Jay Ryan, James Ransone, Isaiah Mustafa, Sophia Lillis, Jack Dylan Grazer, Finn Wolfhard, Jaeden Lieberther, Nicholas Hamilton, Jeremy Ray Taylor y Wyatt Oleff. Estreno en Venusville: 06/09/2019.

 

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