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MEN IN BLACK 3 comentario: Villanos "extratorrentes"

   

Villanos "extratorrentes"

Los villanos extraterrestres de Men in Black,
villanos tan ridículos como los de Torrente

Por Ray Zeta

 

<¿De los escarmentados nacen los avisados? Será fuera del planeta Tierra, porque creía que con los errores cometidos en Men in Black 2, Steven Spielberg y Barry Sonnenfeld acometerían esta tercera entrega de Hombres de Negro con aires totalmente renovados, pero sólo ha sido así parcialmente: lo ha sido en cuanto a propuesta de guión (aunque nuestros agentes favoritos siguen haciendo frente a una amenaza extraterrestre del espacio exterior, el leit-motiv de esta parte son los viajes temporales y las paradojas que estos conllevan), pero no lo ha sido en cuanto a villanos se refiere, el punto negro de la trilogía (nunca mejor dicho por lo de negro), pues lejos de causarnos el temor, el respeto o la sorpresa que la peli y el espectador agradecería, el antagonista de este episodio vuelve a ser nuevamente un extraterrestre humanizado más propio de una obra teatral infantil que de una invasión alienígena.

   Vale, Boris el animal no es un villano tan ridículo como Edgar el bicho en la primera parte o Serleena en la segunda, pero sigue representando el mal vicio que tienen los productores de las comedias fantásticas de Hollywood de dotar al villano con una forma humana para que sea reconocible por el gran público. Y si a este mal vicio le suman otro aún peor, que es el de dotarle con una forma humana que encaje encima en el género de la comedia, entonces la vergüenza ajena está servida. Y con esto no estoy diciendo que a una trilogía de comedias fantásticas como Men in Black se le debería dar un tratamiento de terror ni mucho menos, se podrían mantener los elementos de comedia focalizándolos en la relación de los agentes protagonistas K y J, y en los extraterrestres secundarios (los gusananos, todos los que aparecen en la aduana de la sede central MIB, y los que van encontrando los agentes en su investigación son un bueno ejemplo), y otorgarle al villano el puntito de seriedad necesario para explotar su condición de extraterrestre malvado y que el espectador se crea realmente que estamos ante una amenaza grave, como el personaje de lord Voldemort consigue en la saga de Harry Potter, por ejemplo.

 

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Men in Black 1: Edgar, un granjero borracho, gangoso y leproso

 

   Recuerdan el primer Ghost Busters, ¿verdad? Uno de sus aciertos fue no corporizar en un humano al villano de la función, el semidiós Gozer, y sacarlo al final como una presencia sobrenatural, lo que aportó un mayor dramatismo y una mayor veracidad a la trama (bueno, todo el dramatismo y la veracidad que puede tener una comedia como Ghost Busters). Recordarán también que otra historia totalmente diferente fue Ghost Busters II, en la que se optó por, esta vez sí, otorgarle al villano una identidad humana, la de Vigo el Cárpato (interpretado por Wilhelm von Homburg), enviando al traste toda posibilidad de igualar la calidad obtenida por su episodio predecesor, porque precisamente por este motivo quedó tan ridícula como si los cazafantasmas se enfrentaran a un villano de pega de Scooby Doo.

    Ese ha sido el punto débil de la trilogía Men in Black. Enfrentar a los protagonistas a villanos extraterrestres que adoptan formas humanas cómicas, en vez de hacerlo a villanos con su forma extraterrestre natural o disimulada. En el primer Men in Black por ejemplo, el villano es lo que se conoce por un bicho, una cucaracha gigante que toma el cuerpo del campesino Edgar (Vincent D’Onofrio). ¿El resultado? Pues que en vez de enfrentarse a una cucaracha gigante de naturaleza extraterrestre, K y J se enfrentan a un granjero paleto. Un granjero paleto además, que por representar que el extraterrestre que ocupa su cuerpo no está habituado a hacerlo, se mueve como si estuviera borracho, habla como si fuera gangoso, se le cae la piel a tiras como si fuera un leproso, y camina como si fuera un zombi. Qué diferencia con las cucarachas gigantes de Mimic o la apariencia disimulada con abrigo y sombrero del Creeper de Jeepers Creepers. No me digan que de haber seguido esta tónica, la primera entrega de Men in Black no se hubiera beneficiado…

 

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Men in Black 2: Serleena, una top model buenona, tetona y guapona

 

   Como también se hubiera beneficiado Men in Black 2 si en vez de presentar a Serleena (Lara Flynn Boyle) como una extraterrestre que adopta la forma de modelo en ropa interior de la lencería de Victoria Secret, la hubieran presentado tanto de forma como de comportamiento como una hembra tan letal como la alienígena de Species. Se supone que la reina kilothiana es el ser más despiadado de la galaxia, y que en su búsqueda por Nueva York de la Luz de Zartha no duda en atravesar con sus tentáculos a todo aquel que le sale al paso, pero viéndola con esa forma en actitud tan humana al lado de bicéfalo Scrad (Johnny Knoxville en un personaje que será todo lo malo que quieran, pero el hecho de que no disimule su bicefalidad es más honesto con la propuesta y funciona mejor en pantalla) se nos antoja más peligroso el marcianito de Mars Attacks! que se cuela en la Casa Blanca disfrazado de prostituta. Estamos en lo mismo, haber dejado la comicidad para los extraterrestres secundarios y para Will Smith, y haber hecho del villano extraterrestre una auténtica amenaza.

   Y así llegamos a Boris el animal (Jemaine Clement) en Men in Black 3, que si bien sigue siendo un villano extraterrestre presentado con forma humana, es el villano menos cómico de la trilogía. Boris es de la especie extraterrestre extinguida de los bogloditas y un criminal intergaláctico altamente peligroso recluido en la prisión Lunar Max. Sus dos mayores características son carecer de órbitas oculares, lo que le confiere un aspecto similar al de Richard Riddick, y una mano mutante de la que le sale una forma pseudo-arácnida disparadora de astillas a modo de arma. El último boglodita pero, no se pasea por la Tierra con su apariencia natural sino disfrazado de motero barbudo (incluso mientras está recluido), por lo que ya volvemos a estar en lo mismo. Funcionaría mejor presentarlo disimulando su apariencia normal en vez de disfrazado (vuelvo al ejemplo del Creeper), y la película ganaría si se dejara la seriedad para el villano y la comicidad para Will Smith. Alfred Hitchcock decía que como mejor fuera el villano, mejor sería la película, frase que Steven Spielberg y Barry Sonnenfeld no parecen tener presente. Aún así, teniendo en cuenta que habiendo tres películas de Men In Black, Boris el animal es el mejor de los tres villanos extraterrestres existentes hasta la fecha, pero que aún dista mucho de ser un villano de empaque, con un poco de suerte quizás dentro de nueve películas, en “Men in Black 12” por ejemplo, tendremos a un villano extraterrestre como nos merecemos./>

 

 

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Men in Black 3: Boris, un motero barbudo, melenudo, y con muy buena mano

 

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3 Respuestas

  1. Anónimo
    Manel M.<br />En lo de Lord Voldemort de Harry Potter le has dao, Zeta, allí le has dao
  2. Anónimo
    thor_pedo<br />pues ya me gustaria a mi que me abduciera la Serleena y que me dejara tonto de enseñarme modelitos de ropa interior...puestos claro
  3. Anónimo
    Coincido totalmente, señor<br />Coincido totalmente, señor Zeta. Los alienígenas de la trilogía son vomitivos. No puedo con Sonnenfeld

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