SAW X crítica: Chico tienes que cuidarte

**Precuela de Saw II con el auténtico y genuino John Kramer Jigsaw sin imitadores de pacotilla**

¿Creían que sólo psychokillers como Michael Myers, Jason Voorhees o Chucky, eran los únicos que volvían de la tumba? Pues están muy equivocados, porque con Saw X se demuestra que Jigsaw también es capaz de darse una garbeo por el inframundo y volver para contarlo, aunque sea en un regreso con truco. A pesar de contar la saga nueve episodios anteriores a este X, sólo los tres primeros resultaron novedosos, y eso se debió tanto a la original propuesta de James Wan, como a la presencia del actor Tobin Bell como John Kramer como el carismático asesino del rompecabezas.

Pero ay, que Jigsaw muere en la III con el pescuezo rebanado por una sierra circular, así que en los episodios siguientes no hubo más remedio que tirar de flashbacks, ayudantes, imitadores, homenajeadores, e incluso concursantes del Got Talent esgrimiendo sus habilidades diseñando jueguecitos asesinos, para seguir exprimiendo la fórmula como un chicle que se estira hasta perder el sabor, obteniendo películas impersonales, clónicas e intercambiables. Ni siquiera Spiral: Saw resultó novedosa, por mucho que se vendiera como la polla récord del cambio.

"Voy dejando hechas las trampas para Saw XI por si no salgo"

La única solución para levantar la franquicia era traer de vuelta a Jigsaw, pero al Jigsaw original John Kramer en carne y hueso encarnado por Tobin Bell, pese a que estuviera criando malvas desde la tercera entrega, sin trucos de flashbacks u otras justificaciones patilleras. Así que así se ha hecho. ¿Cómo? Pues colando Saw X como una precuela (¿o deberíamos decir "midcuela"?) que sucede entre Saw y Saw II. Pero un momento, Tobin Bell tiene ahora 80 años, y cuando hizo Saw tenía 20 menos… No pasa nada, como representa que padece un cáncer terminal, que pierda algo de peso, que le maquillen unas profundas ojeras, y colará que salga más envejecido.

“Saw X nos obsequia con la mejor entrega de la saga Saw desde sus primeros episodios”

Objetivo conseguido. La presencia de Bell de nuevo como Jigsaw (y con su fiel Amanda, de nuevo interpretada por Shawnee Smith) levanta la saga más que una caja de viagra el miembro de Ken (y eso que no tiene), y el espectador recupera (ahora sí) el espíritu de los tres primeros episodios. Ni sucedáneos, ni artificios, que decían en el anuncio de Tónica Schweppes… John Kramer Jigsaw regresa con sus jueguecitos macabros, sus audios, y sus “Tú decides”, para impartir justicia a ciudadanos de moral reprobable con partes de sus propios cuerpos en juego, y como la venganza es en este episodio la motivación del personaje, está más que justificado.

"Poner en bucle la filmografía de Uwe Boll es una tortura excesiva"

En cuanto a los juegos, ingrediente fundamental en la salsa sawiana, vuelven a antojarse (la mayoría) tan macabros, sangrientos y gore (o sea divertidísimos) como en los mejores tiempos de James Wan, amén de presentar una sofisticación de ingeniería digna del equipo de industriales más multitudinario, aunque Jigsaw los construya él solito en un solo día, sin tener el dinero, el material o los medios. Pero qué cojones, es el puto Jigsaw, por eso disculpamos incluso que aparezca el muñeco Billy con su triciclo en Mexico, a pesar de haber volado hasta allí con una minúscula maletita.

Y si el prota funciona, el guión funciona, y los juegos funcionan, obsequiándonos con la mejor entrega de la saga Saw desde sus primeros episodios, ¿qué más se puede pedir? Pues un desenlace digno a la altura de lo esperado, ya que el que nos ocupa no nos deja del todo el buen sabor de boca que debiera, por no recibir su merecido castigo todo aquel que lo merece. Eso, y que vuelvan a repescar a Tobin Bell como Jigsaw, colándolo aunque sea en una presunta precuela 2.0, o sea entre Saw II y Saw III. Total, un par de kilitos menos, unas ojeras aún más oscuras, y arreando.

INFORME VENUSVILLE

Venusentencia: Copas de yate