SITGES 2010: EL ÚLTIMO EXORCISMO rueda: Exorcismos por cuatro duros

Exorcismos por cuatro duros Un granero, una adolescente en camisón, y una videocámara, y ya tenemos una peli de exorcismos Por Ray Zeta

<Ni John Boorman, ni Paul Schrader, ni Renny Harlin. Si alguien puede considerarse con todo el derecho el sucesor de William Friedkin, ese es Daniel Stamm. No en vano, este alemán de 36 años, educado, con pinta de haber estudiado en colegios de pago, y con un sentido del humor de lo más irónico, ha conseguido con El último exorcismo facturar una inconfesa secuela de la aún no superada El exorcismo, mucho más digna que cualquiera de sus secuelas reales. Y con sólo 1,8 millones de dólares de presupuesto, lo que tiene aún más mérito.

   Quizás precisamente por ello, por la falta de “jandermonei”, ha sido por lo que la ha filmado como un falso documental en vez de como un film de terror convencional...

   “Los productores querían que la película funcionara como si fuera un falso documental, con el que puedes hacer cosas que en una película normal la gente diría que son demasiado raras o demasiado extrañas, por eso se trató de desarrollar la personalidad del protagonista utilizando tal sistema para después ir desviándolo hacia el terror. Lo que empieza intentando desacreditar los exorcismos, muestra poco a poco que hay fuerzas que escapan a tu comprensión con las que no conviene meterse”.

Daniel Stamm, el terror que vino de Alemania

   O sea, que si se trata de un film rodado como un falso documental, y encima independiente y baratini, eso puede querer decir que la presión sufrida ha debido ser mínima, ¿no?, quizás por eso te tomas tu tiempo presentando personajes sin que salga ni un ápice de terror por lo menos durante media peli.

   “Bueno, no exactamente, en este género hay bastante presión para empezar a asustar desde el principio. Yo quería dar tiempo a que los personajes llegaran a importarle al espectador para que cuando llegara la parte aterradora, el espectador estuviera listo para sufrir con los personajes”.

  ¿Y cómo ha sido la experiencia de rodar un falso documental terrorífico teniendo en cuenta que no lo había hecho nunca antes de ahora?

   “Al intentar realizar un ejercicio más psicológico, me topé con algo nuevo para mí, convirtiéndose en un desafío desde el punto de vista técnico. Otra cosa era centrarse en los personajes, donde dejas hacer al actor y no sabes muy bien cuál va a ser el resultado final. Cada vez que repites una escena salta algo distinto. De hecho, a los actores no les contaba lo que se iba a rodar hasta llegar al plató. Dejaba que ellos mismos reaccionaran. La cámara se convertía en un personaje cercano al espectador, con un resultado óptimo para un filme de terror, un género en constante evolución en el que no hay que abandonarse a los efectos especiales”.

Daniel Stamm, el terror alemán que llegó a Sitges

   “No hay que abandonarse a los efectos especiales”, toda una declaración de principios que este director piensa mantener en toda su carrera hasta el final... Y por cierto, hablando de finales, pese a ser de lo más aplaudido en este festival, el final abierto de El último exorcismo ha causado fuera de aquí pataletas dignas del Pato Donald a más de uno…

   “Bueno, en Estados Unidos parece no haber gustado nada que dejara algunas cosas abiertas. En Europa, sin embargo, las reacciones van de un extremo a otro, les gusta mucho o no les gusta nada, pero hay más debate que en Estados Unidos”.

   Donde sí que no debió haber debate fue en la elección de la actriz Ashley Bell para interpretar a la adolescente exorcizada, entre otras cosas, tal como nos ha explicado, porque es contorsionista, y así claro, al ser capaz de doblarse sobre sí misma, tal como hace en el segundo exorcismo y como aparece en el póster, la de pasta que se debieron ahorrar en efectos digitales. Ahora entiendo porqué ha salido la peli tan barata./>

El último exorcismo... venusvillero