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SITGES 2018 crónica 6: Mejorando la especie

Overlord; Superlópez; El año de la plaga; Upgrade

CHEMA PAMUNDI

Hoy, justo antes del pase de tarde de El año de la plaga, Álex De la Iglesia ha subido al escenario del Auditori para recoger el premio honorífico Melies de Oro a toda su carrera. Se piense lo que se piense sobre el cine de De la Iglesia (a mí me parece un director irregular y que a menudo no sabe acabar bien sus películas, pero al mismo tiempo es un soplo de aire fresco tremendo; deberían haber diez como él en el cine español), lo que no se puede negar es que es un bonico, “uno de los nuestros”, y que todos los poros de su piel están impregnados de amor por el cine, especialmente por el cine de género.

En su discurso ha vuelto a insistir en que su patria es el género fantástico, una frase que le he escuchado a menudo y con la que no puedo estar más de acuerdo precisamente en estos tiempos (“ayer estuve cenando con Douglas Trumbull y le dije, joder tío, es que para mí eres más importante que mi padre”). También ha dicho que ya la sola presencia en Sitges le hace sentir bien, y que este festival nos iguala a todos, fans y realizadores (“ves a alguien con una camiseta de Braindead, y no lo conoces pero ya sabes que es tu amigo, sabes cómo piensa, qué es lo que le gusta, qué es lo que le divierte...”). No sé, ha sonado a discurso absolutamente improvisado y absolutamente sincero, y firmo a ciegas hasta la última sílaba.

Va, las cuatro pelis de hoy:

 

OVERLORD (Julius Avery, EUA, 2018)

Trailer, fotos, sinopsis y ficha

En una 2ª Guerra Mundial de opereta (paracaidistas negros en el desembarco de Normandía, soldados alemanes que salen corriendo en fila india de los búnkeres para que los puedan matar mejor...), un reducido grupo de soldados americanos es lanzado en paracaídas sobre la costa de Francia en la víspera del Día D, con la misión de derribar una torre de radio que podría poner en peligro el despliegue adecuado de la aviación aliada cuando empiece la invasión a la mañana siguiente. Lo que no saben los soldaditos es que justo bajo la torre hay un sistema de catacumbas y un laboratorio ultra-secreto en el que los nazis están llevando a cabo experimentos nefebundos (“el Reich de los mil años necesita guerreros que vivan mil años”, dice en cierto momento un oficial alemán que es más malo que un picor).

 

SITGES 2018

"Pues bien que en la nueva de Los 7 magníficos salían negros y no se quejó nadie"

 

Overlord, por muy divertimento gaseoso que se pretenda, es lo que sucede cuando ambientas una película de 2ª Guerra Mundial usando como principales referentes los videojuegos "Call of Duty", "Medal of Honor" y "Wolfenstein", pero en cambio no tienes a mano ni un solo libro de Historia. Los violentos de Kelly, Doce del patíbulo o Malditos bastardos también planteaban versiones imposibles de esa misma guerra, es cierto, pero tenían mucho más carisma y mucho más atrevimiento que esta cinta llena de personajes planos, situaciones previsibles, combates rutinarios y poca imaginación a la hora de desarrollar su (interesante pero desaprovechado) elemento fantástico. Se salva la espectacularísima escena de arranque (desde Salvar al soldado Ryan, parece que todas las pelis de 2ª Guerra Mundial tienen que empezar con un órdago), el rollo ominoso que tienen los decorados del complejo subterráneo, algunos toquecitos de gore desmelenado y la puerta abierta que se deja a una secuela que (esperemos) mejore lo visto.

 

Venusentencia: Dos Caras Harvey

INF VNV 3

 

SUPERLÓPEZ (Javier Ruiz caldera, España, 2018)

Trailer, fotos, sinopsis y ficha

La sensación dominante en la cola de prensa para entrar al pase de Superlópez era la de estar yendo al matadero. “Yo es que aprendí a leer con estos tebeos”, me ha dicho uno, poniéndose la venda antes de la herida. Para toda una generación de frikis, la elección de Dani Rovira como prota o de los responsables de Ocho apellidos vascos como guionistas es casi una afrenta personal, y la película ya ha sido juzgada y condenada sin necesidad de verla desde que apareció el primer tráiler. Desde que apareció la primera foto de Superlópez con el traje azul y rojo. Yo, por supuesto, también me he tirado meses participando de dicha campaña de manteo preventivo, porque realmente la cosa tenía muy mala pinta. Bueno, pues igual este es el momento en el que muchos me retiran la palabra, pero me temo que no voy a seguir formando parte del coro griego de críticos empeñados en destrozar la película: Superlópez no es TAN mala. Repito: Superlópez no es tan mala.

No lo es porque acierta copiando al Superman de Donner como plantilla básica (¿y por qué no? ¿De dónde nos creemos que surgió la idea original del personaje?), dedicando toda la cinta a narrar el origen del héroe y ya de paso vinculando a los villanos de la historia con dicho origen. Es lo que Marvel y DC llevan haciendo desde que empezaron a tomarse en serio el asunto de hacer películas de superhéroes, y es un sistema que ha demostrado funcionar. No sólo eso, sino que Superlópez consigue embutir toda esa información en cien minutos de metraje sin apenas bajones de ritmo. Otro acierto gordo es todo lo que tiene que ver con el uniforme de Superlópez, desde escamotearnos su aparición durante todo el primer acto, hasta ese gag recurrente en plan “vísteme despacio que tengo prisa”, cada vez que se lo tiene que poner de urgencia (“dejadme hacerlo a mí solo, que si no, no voy a aprender nunca”, les dice a sus padres al principio de un combate en el que le están intentando ayudar con los pantalones).

 

SITGES 2018

"La próxima vez que me pongan de título 'Superpérez' y todos contentos"

 

Porque, agárrate Mari Carmen con lo que voy a decir ahora, Superlópez es a ratos DIVERTIDA. Los guionistas Borja Cobeaga y Diego San José consiguen que los gags funcionen (no todos, no siempre, pero sí los suficientes), que el subtexto de crítica ligera al españolito medio sea fiel al de los tebeos (sobre todo los de la etapa en que Francisco Pérez Navarro le escribía las historietas al dibujante Jan), que la parodia-homenaje a los superhéroes “de verdad” quede equilibrada; y encima, tanto Dani Rovira como Alexandra Jiménez (Luisa Lanas) convencen en los papeles titulares. Te los crees y te caen bien. Sí, Dani Rovira cayendo bien. Pa morirse.

A ver, maticemos: la trama y el villano flojean lo suyo (Marivel Verdú y la niña que encarna a su versión infantil son las interpretaciones menos convincentes), la puesta en escena es cutre a matar, se echa de menos un poquito más de worldbuilding que introduzca alguna de las peripecias que en su día leímos en los tebeos (aparece una breve referencia a "El señor de los chupetes", pero ahí acaba la cosa) y se confirma que Javier Ruiz Caldera no sabe filmar escenas de acción. Superlópez se queda corta, pero nadie esperaba que fuese por tan poco y es, en conjunto, una adaptación honesta y muy ajustada al recuerdo que al menos yo tengo del personaje. Esto sin ninguna duda ES Superlópez, y como todos veíamos tan difícil que lograse serlo, ahora es de justicia reconocerle el mérito.

 

Venusentencia: Dos Caras Harvey

INF VNV 3

 

EL AÑO DE LA PLAGA (Carlos Martín Ferrera, España-México-Bélgica, 2018)

Trailer, fotos, sinopsis y ficha

Al fin, en una edición del festival llena de opiniones encontradas, un título que consigue poner a todo el mundo de acuerdo. El año de la plaga es la cinta más completa que nos hemos cascado en lo que llevamos de Sitges 2018: es la peor EN TODO. Se basa en la novela homónima de Marc Pastor, que lleva ocho años siendo un éxito sostenido de ventas, y la verdad es que, tras verla y teniendo en cuenta que el propio autor se ha encargado de adaptar el guión, no dan precisamente ganas de ir corriendo a comprarse el libro. Si fuese siquiera un poquito menos nefasta me ahorraría incluirla entre las reseñas del día. Pero no: el mundo debe saber.

El año de la plaga pretende venderse como un homenaje de fan a La invasión de los ultracuerpos (la versión de 1978 con Donald Sutherland), pero traspasa de largo esa línea para entrar en el territorio de la fusilada. No es que se parezca argumentalmente, es que en cuanto a estructura ES La invasión de los ultracuerpos (lo cual la convierte a su vez en un ultracuerpo fílmico de dicha peli, claro), pero con chistes cinéfilos y ambientada en Barcelona. Es como si yo mañana dijese “Voy a escribir Tiburón... que bueno, sí, ya está escrita y eso... pero es que la voy a ambientar en la Costa Brava y la voy a llenar de citas a pelis de monstruos marinos”.

 

SITGES 2018

"Corre antes de que nos pregunten por la versión de 1956 de Don Siegel"

 

Dado que el propio protagonista suelta en varios momentos frases del palo “¡Esto es como en La invasión de los ultracuerpos! (en efecto, hasta él se da cuenta), ya puestos podría vérsela en Blu-ray e ir anotando en una libreta las cosas que van a ocurrir, y en qué orden, rollo “a ver, primero se transformará mi mejor amigo, así que tengo que acordarme de matarlo en cuanto le vea...”. Quizás la novela marque de manera más elegante o simpática esa frontera entre el pastiche y el plagio; lo ignoro, y por ello no quiero hacer aún más sangre al respecto. Pero, como espectador, la cosa me ha parecido tan descarada que me he quedado de piedra, a ratos señalando la pantalla y susurrándole al de la butaca de al lado "P-p-pero, ¿tú lo estás viendo?”.

Ni siquiera me voy a detener mucho en comentar lo fofo que es el guión, la vergüenza ajena que producen algunos diálogos, lo poco convincentes que están los actores (incluyendo al prota Ivan Massagué, un ejemplo claro de intérprete secundario al que le falta empaque o confianza para llenar incluso un personaje principal tan estándar), lo inane que es la fotografía, el montaje y la iluminación (el director Carlos Martín Ferrera había mostrado ciertas dosis de estilo en Zulo, su largometraje de debut ambientado por entero en el fondo de un pozo, pero naufraga en una producción más ambiciosa, en la que tiene que mover la cámara y planificar escenas de tortas)... y no, no me sirve como descargo la falta de presupuesto. Con presupuesto cero se ruedan hoy en día auténticas maravillas de género. En este mismo festival hemos visto unas cuantas. Pero hay que tener visión, inspiración, y un por qué. El año de la plaga no tiene nada de eso. A su lado, Superlópez me ha parecido El acorazado Potemkin.

 

Venusentencia: Condenada a alforfones

INF VNV 1

 

UPGRADE (Leigh Whannell, Australia, 2018)

Trailer, fotos, sinopsis y ficha

A Grey Trace (Logan Marshall-Green, o como solemos conocerlo todos “el tío que se parece a Tom Hardy”) le destrozan la vida unos matones cibernéticos a sueldo de no se sabe quién: le matan a la mujer y a él lo dejan tetrapléjico. Algún tiempo después de dicha agresión, un archimillonario que maneja la principal corporación de tecnología del mundo (una especie de Elon Musk pero menos gilipollas) propone a Grey implantarle un chip experimental de inteligencia artificial, capaz de tomar el control de su cuerpo y devolverle las funciones motrices... pero además devolvérselas en versión 2.0. Vamos, que de repente Grey sabrá artes marciales "nivel puto amo" y tendrá superfuerza, supervelocidad, supersentidos y super-de-todo, como si fuera Neo recién enchufado a Matrix. La única pega es que antes deberá firmar un contrato en el que se indica que no le puede contar a nadie lo del microchip (que aún es un prototipo de alto secreto), o se lo desconectarán. O sea, que de la noche a la mañana Grey se ha convertido básicamente en un superhéroe, con identidad doble incluida: paralítico de día, ninja vengador de noche. Los matones cibernéticos no saben la que se les viene encima...

 

SITGES 2018

"Eso por decir que Upgrade es un Matrix de segunda"

 

Upgrade demuestra lo que puede lograr la ciencia ficción cuando se emplea para “hacer el bien”, es decir cuando se pone al servicio del relato, y no al revés (que es, por desgracia, lo que ocurre la mayoría de las veces; por eso tenemos tantas películas con efectos especiales y diseño de producción espectaculares pero guiones de pena máxima). Es un thriller de venganzas con sabor a Robocop y a Terminator, tan sencillo (aunque en realidad no tanto; tiene sus ases en la manga) como redondo, y lo es justamente gracias a sus elementos fantásticos. Su director y guionista Leigh Whannell, que se hizo famoso escribiendo los inteligentes argumentos de Saw e Insidious para James Wan, planta las semillas de un discurso sobre nuestra dependencia de la tecnología y el ansia irrefrenable de cualquier inteligencia artificial por experimentar lo que se siente siendo humano, pero no pierde de vista que al fin y al cabo esto es una cinta de acción futurista. El híbrido entre esas dos sensibilidades le funciona como un reloj, y lo lleva hasta sus últimas consecuencias con un final de quitarse el sombrero.

Capítulo aparte merece Marshall Green, que interpreta los movimientos del protagonista de manera ligeramente robótica cuando es el microchip quien lo controla, poniendo caras de horror o sorpresa al ver cómo su propio cuerpo maniobra por libre para trinchar enemigos a cuchillada limpia. Es uno de esos trucos de narrativa cinematográfica que, cuando lo piensas, es ridículo, pero que lo cierto es que queda de coña en pantalla. Aparte de eso, armas implantadas en los brazos, nano-robots asesinos, persecuciones con coches inteligentes, etc. Upgrade es una cinta directa al grano y sin ampulosidades, que no pierde el tiempo en diálogos expositivos innecesariamente extensos ni en gustarse demasiado con la cámara. Es ciberpunk de serie B bien hecho, y sabe a gloria bendita.

 

Venusentencia: Venus Hall of Fame

INF VNV 5

 

SITGES 2018

 

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1 Respuesta

  1. Hola, Normalmente estoy de acuerdo con Chema Pamundi, un señor de mi edad, muy gracioso comentando juegos y pelis (la musi no la sigo mucho) y con mucho conocimiento detras y el tarro bien aSentado. Pero el comentario de Overlord me ha llegado al alma, Habiendomelo pasado “ pipa” en la proyeccion. Efectivamente, es de opereta, pero de opereta de la buena. Divertida, energetica, y con una violencia extrema en ocAsiones. Si añadimos zombis q mas queremos?. En fin, tiene sus defectos, muchos (y mas para mi que soy wargamero y amante de las artes belicas), pero yo disfrute como un enano que es a lo que vamos a sitges, no?

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