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SITGES 2023 crónica 4: La muerte y los impuestos

Monolith; Vincent debe morir; Last Stop in Yuma County; Acide

CHEMA PAMUNDI

Tras unos primeros días más irregulares en cuanto a valoraciones, los lectores de estas crónicas irán comprobando que, en general, me está empezando a gustar casi todo lo que veo, o al menos casi todo lo que reseño. Sin que haya escrito todavía sobre ninguna cinta que me haya dejado boquiabierto (tranquilos, llegará el momento, concretamente en la próxima crónica), lo cierto es que tengo tanto bueno entre lo que seleccionar, que me parecería un desperdicio de caracteres reseñar las pocas cintas mediocres o directamente terribles que estoy viendo. Claro, el primer día de festival tampoco tengo mucho margen (las cuatro primeras que veo son las cuatro que entran en la crónica), pero a medida que se acumulan las fechas y las películas voy disponiendo de más catálogo para elegir. Como cada año, está habiendo cierto debate sobre la calidad media de los títulos que se van programando, y como cada año la gente anda bastante dividida (claro, también depende de si has acertado con la selección de títulos, lo cual siempre tiene algo de lotería). Yo, por ahora, me alineo con los que opinan que la edición 2023 de Sitges está siendo bastante buena.

Otra de las particularidades de ver cine en Sitges es que a veces las películas tienen “imperfecciones” técnicas. Muchas de ellas llegan en premiere mundial, recién montadas o subtituladas a toda prisa, y algunas quizás hasta con ligeras diferencias en ciertas escenas respecto a lo que se acabará viendo en cines. En esta edición de momento he visto una cinta que no tenía bien mezclado el sonido (los diálogos se escuchaban casi susurrados mientras que los efectos de sonido atronaban), otra que tenía varios segundos de pantalla en negro (y no era intencionado, porque ocurría en medio de una escena de diálogo a pleno sol) y otra en la que los subtítulos iban tan adelantados que te spoileaban el prólogo sorpresa: la cosa empezaba con una escena ambientada 17 años antes de la trama principal, y el subtítulo de “17 años después…” aparecía en pantalla desde el primer momento. A mí estas cosas no solo no me molestan sino que me hacen gracia, (siempre y cuando no sean tan graves como para fastidiarte la proyección, claro). En una época en la que gran parte del audiovisual intenta alcanzar una perfección de imagen y sonido un tanto aséptica, ver “cine sin pulir” le vuelve a dar cierto aire artesanal molón. Es un poco como verlo mientras aún se está haciendo.

Las cuatro de hoy:

 

MONOLITH (Matt Vesely, Australia, 2023)

Trailer, fotos, sinopsis y ficha

Una periodista caída en desgracia por publicar una noticia acusatoria sin pruebas, se encierra en la mansión campestre de sus padres para iniciar un nuevo proyecto: un podcast en el que tratará temas misteriosos que propongan los oyentes a partir de sus testimonios personales. Cuando recibe la propuesta de investigar acerca de un misterioso “ladrillo negro” que obsesiona a una mujer que lo recibió sin saber por qué (y que más tarde le fue robado), empieza a tirar del hilo por mera curiosidad escéptica, pero al detectar la sombra de una conspiración más compleja y que afecta a más personas, se da cuenta de que ese podría ser el caso que le devolviera el prestigio perdido.

 

"¿Qué le dice un ladrillo a otro? ¡Y-esooooooooooo!"

 

Rarísima “película podcast” de un solo personaje (la mayor parte del metraje vemos a la protagonista haciendo entrevistas por audio, hablando por teléfono, buscando información en internet o editando lo que va a emitir), que se erige en un rotundo relato de horror cósmico purista, sin efectismos baratos ni digresiones. La actriz Lily Sullivan aporta una naturalidad y una sutileza de gestos imprescindible en una narración llena de primeros planos de su cara (con una mera inflexión de voz o una anotación en su cuaderno mientras hace sus entrevistas sabemos exactamente lo que le está pasando por la cabeza), la dirección contenidísima del debutante Matt Vesely lo baña todo en colores fríos y en una iluminación mortecina para amplificar la sensación de soledad (con ecos del confinamiento del Covid-19), y el inteligentísimo guion de Lucy Campbell logra el efecto mágico de decirlo todo sin apenas mostrar nada, sin bajones de intensidad y sin aburrir en ningún momento.

Monolith es otra de esas cintas de terror cuyos últimos 10 minutos pueden crear una fuerte división de opiniones entre los fans del género. Es cierto que la trama se resuelve por unos derroteros diferentes a los planteados durante todo su metraje anterior y es cierto que resulta un golpe de efecto brusco, pero no perdamos de vista que esa es, ni más ni menos, la estructura canónica de los relatos de horror cósmico más clásicos: el tejido de la realidad cotidiana se rompe de repente en mil pedazos cuando el protagonista se ve enfrentado a algo que su mente y sus sentidos no son capaces de procesar. Algo que aniquila tanto sus certezas racionales como sus convicciones morales y le demuestra que el universo no está hecho a la medida humana. Que lo único que hay es caos. No sé, yo creo que a Lovecraft le habría flipado Monolith tanto como a mí.

 

Venusentencia: Copas de yate

INF VNV 4

 

 

VINCENT DEBE MORIR (Stéphan Castang, Francia, 2023)

Trailer, fotos, sinopsis y ficha

Vincent es un don nadie de mediana edad, cumplidor en su trabajo como arquitecto pero sin ser brillante, soltero con pocas perspectivas de dejar de serlo, de personalidad anodina y sin ningún talento aparente. Si un día desapareciera de la faz de la tierra, no lo notaría ni su padre. Por eso el propio Vincent es el primer sorprendido cuando, de repente, gente random empieza a atacarle violentamente en todas partes, con intención clara de matarlo. Tanto colegas de trabajo como amigos o perfectos desconocidos. Basta con que Vincent cruce con cualquiera de ellos una mirada de unos pocos segundos, para que la otra persona entre en un estado de furor homicida contra él. ¿Por qué? Bueno, no es eso lo que tiene intención de contar la película.

Lo que quiere contar Vincent debe morir, en tono de tragicomedia absurda y agria, es cómo, a pesar de que vivamos en una sociedad cada vez más individualista y ensimismada, el contacto humano sigue siendo un elemento imprescindible, y que no lo valoramos en su justa medida hasta que nos falla (el protagonista tiene dificultades hasta para comprar comida sin correr peligro mortal). A partir de ahí, la película se erige como una farsa tan abierta y amorfa que cada uno puede buscarle las interpretaciones extra que le dé la gana: panfleto contra el neoliberalismo, crítica sobre la cultura de la cancelación, metáfora acerca de la normalización de la violencia… Esa multiplicidad de lecturas posibles es parte de su gracia, porque puede incluso que lo que esté criticando sea precisamente nuestra tendencia a sobreanalizar las cosas. Igual es solo una película sobre un tipo al que persigue mucha gente.

 

"Será que me ha abandonado el desodorante..."

 

Vincent debe morir está construida como una ocurrente vuelta de tuerca al cine de hordas asesinas (zombis, infectados, etc), pero a mí me ha recordado también a cosas más raras, como Le moustache, una surrealista película francesa de 2005 sobre un hombre que se afeitaba el bigote para cambiar de aspecto, pero cuando todo el mundo empezaba a negar que alguna vez hubiese llevado bigote (e incluso le desaparecía el bigote en las fotos), el hombre acababa cayendo en la locura, con su personalidad hecha trizas. A Vincent le ocurre algo parecido, con la diferencia de que él es demasiado básico como para venirse abajo, y que además tiene la suerte de encontrar a alguien con quien compartir su experiencia y por quien valga la pena seguir adelante, en lugar de simplemente tirarse a la vía del tren. En las brasas del incendio en el que se ha convertido su vida, Vincent descubre la felicidad.

Vincent debe morir tiene quizás el problema de un personaje central que realmente no interesa por sí mismo, sino por las peripecias en las que se mete; pero esto es intencionado, y una de las fortalezas de la película es justamente acabar logrando que te importe lo que le ocurre. Por lo demás, a ratos las reglas por las que se rige el elemento bizarro de la historia son algo inconsistentes (algunos atacantes dejan de atacarle en cuanto dejan de verlo, mientras que otros siguen “dale que te pego” con más ahínco que un Terminator). La película deja muchas cosas sin explorar, y a ratos apunta caminos de avance más interesantes que los que acaba tomando, pero en general lo que hace lo hace bien.

 

Venusentencia: Copas de yate

INF VNV 4

 

 

THE LAST STOP IN YUMA COUNTY (Francis Gallupi, EUA, 2022)

Trailer, fotos, sinopsis y ficha

Un bar de carretera con gasolinera, en medio del desierto, es tomado por dos ladrones de bancos a la fuga, cuando solo están allí la camarera y un vendedor ambulante de cuchillos. A partir de ahí, va llegando a desayunar al local un elenco de clientes pintorescos, que no son conscientes de que a medida que van entrando por la puerta se convierten en potenciales rehenes. Hay una gran bolsa de dinero robado, todo el mundo va armado y nadie puede repostar su coche para largarse de allí (porque los surtidores de la gasolinera están secos y el camión cisterna que debe rellenarlos no ha aparecido aún). O sea, que la fiesta está asegurada.

The Last Stop in Yuma County es un simpático e hipertenso thriller criminal con hechuras de neo-western. Pese a su ambientación setentera, su espíritu es absolutamente noventero, con ese punto chisposo para los diálogos y las situaciones estrambóticas que recuerda a las primeras obras de Tarantino y de los hermanos Coen, llenas de crímenes perfectos en los que todo sale mal. El guion y la dirección de Francis Galluppi se las ingenian para asegurarse de que cada espectador se decante por un personaje favorito y se pase la proyección con los dedos cruzados para que no se lo maten (no revelaré cuál era el mío, pero digamos que en esta película es difícil tener suerte).

 

"Listo para rodar Comanchería 2 cuando quieran"

 

A este respecto el casting es un acierto total, con especial mención a Jim Cummings como el vendedor ambulante entre estupefacto y neurasténico, Jocelyn Donahue como la camarera que parece ser la única persona del lugar con dos dedos de frente, y Richard Brake aportando su habitual sensación de peligro como el despiadado cabecilla de la pareja de ladrones.

La puesta en escena es dura, seca, arenosa y claustrofóbica, y la cámara saca un partido fantástico al espacio en el que tiene lugar el grueso de la acción (el bar y la zona de aparcamiento frente a él), de modo que toda la producción parezca mucho menos de serie B de lo que en realidad es. En resumen, The Last Stop in Yuma County acumula una asombrosa sucesión de buenas decisiones en todos los apartados. Divertida, astuta y cabrona del primer al último giro. Una de las tapadas de Sitges 2023.

 

Venusentencia: Copas de yate

INF VNV 4

 

 

ACIDE (Just Philipott, Francia, 2023)

Trailer, fotos, sinopsis y ficha

Como efecto colateral de una ola de calor sofocante, empieza a caer lluvia ácida en diversas zonas de Francia. Pero oye, lluvia ácida nivel que te funde el coche y las casas se vienen abajo. El protagonista, un sindicalista divorciado que está en libertad vigilada tras haber atacado a la policía durante unos disturbios, recorrerá el país para tratar de ponerse a salvo junto con su ex-mujer y su hija, encontrando durante su viaje horrores crecientes a medida que el orden social se convierte en caos y el paisaje parece cada vez más el escenario del Apocalipsis (la lluvia ácida no solo lo mata todo, sino que también envenena el agua potable). Además, ponerse a salvo… ¿dónde?

Disaster movie con conciencia climática, de tono inmisericorde (la lluvia ácida es muy efectiva para dar grima, porque a largo plazo no hay donde esconderse y si te pilla a cielo abierto estás jodido) apoyado en una muy buena factura visual. A diferencia de buena parte del cine de catástrofes, aquí el espectáculo de efectos especiales y escenas espectaculares no se acaba comiendo su vocación de alerta social sino que la potencia, también porque el desastre en sí no es tratado como un enemigo batible por el héroe de turno, sino como una distopía exprés que no tiene vuelta atrás y de la que solo se puede huir permanentemente.

 

"Nada, esta vez tampoco ha tragado Marion Cotillard"

 

No he visto La nube, anterior obra del director Just Philipott que al parecer tiene puntos de contacto temáticos con ésta, de modo que no puedo comparar ambas, pero por sí misma Acide sería todavía mejor si el guion no se perdiera en su segunda mitad en una mera sucesión de peripecias survivalistas, si tuviese algún tipo de final con cierre (no a la situación en sí, que obviamente no se va a resolver mágicamente como si esto fuera una cinta de Roland Emmerich, pero sí al arco dramático de los personajes que queda un tanto colgado), y si la hija del protagonista no fuese una de las preadolescentes más insufribles del cine reciente. Se puede hacer una peli de catástrofes con niños que tengan actitudes y cometan errores típicos de niños, pero sin necesidad de que te generen ganas de estrangularlos con una cuerda de piano (se me ocurre, por ejemplo, el personaje de Dakota Fanning en La guerra de los mundos). Quitando eso, Acide sorprende y acongoja, que es de lo que se trataba.

 

Venusentencia: Copas de yate

INF VNV 4

 

SITGES 2023

 

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