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SITGES 2023: LUMBERJACK THE MONSTER rueda: Lumberjack Miike

Takashi Miike vuelve (se le echaba de menos) para presentar el thriller Lumberjack the Monster

RAY ZETA

Vino en 2013, vino en 2015, y vino en 2017, o sea que ya tocaba una nueva visita de Takashi Miike, que acostumbrados como estábamos a tenerlo en años alternos, este último período de ausencia se nos ha hecho eterno, aunque se lo perdonamos porque ha habido la pandemia de por medio. Quizás sea porque él también tenía mono de Sitges, que esta vez está más coñón de lo habitual. Su acompañante, el actor protagonista de la película, saluda en un simpático castellano aprendido para la ocasión: “Hola, mucho gusto, me llamo Kazuya Kamenashi, gracias”, y se gana el aplauso de los presentes. Miike no quiere ser menos y exclama socarronamente: “Soy Takashi Miike, saludos”, aunque lo hace en japonés porque él  no lo tenía preparado.

Si repasamos las tres últimas ruedas ofrecidas por Takashi Miike en Sitges, comprobaremos que la mayoría de preguntas se repiten en todas. Salvando un par en cada una de ellas relacionadas con la película presentada (o las películas presentadas, porque Miike ha llegado a presentar hasta tres), los periodistas siempre tiran de tópicos preguntándole al director japonés por su basta filmografía (nada menos que cien películas), por el tratamiento de la violencia en su obra (que ya sabemos que ha ido de más a menos), y por la posibilidad de que algún día ruede en Hollywood (siempre dice estar a punto, pero la unión nunca llega a consumarse). Y como ésta no va a ser diferente, se repite religiosamente cada una de ellas.

 

"Así ya traigo las respuestas preparadas de casa"

 

Sobre su alta e incansable productividad y haber pasado ya de los cien títulos, Takashi se lo toma con humor y responde que eso no es nada comparado con el ritmo que llevaba cuando era ayudante de dirección. Nos informa que él escucha su ritmo vital y se deja llevar por él, “aunque como me he hecho viejo, tengo que reconsiderar mi timing”, bromea. Sobre si va a rodar en Hollywood, tiene un proyecto (como siempre) para rodar un remake “de una película explosiva muy conocida, ideal para Sitges” (veremos). Y sobre cómo ha evolucionado en su obra el tratamiento de la violencia y la presencia de sangre, él mismo reconoce que ha ido de más o menos, porque “a más presupuesto, menos sangre porque hay que ir a buscar más público”.

“Me he cansado del tono light de las últimas películas y por eso quiero volver a mis orígenes”

Kazuya Kamenashi por su parte, nos cuenta que cuando recibió la propuesta de protagonizar Lumberjack the Monster, como no conocía personalmente al director, le googleó para saber cómo era, y encontró que era un tipo muy respetado, muy serio y muy formal, por eso pensó que el rodaje sería muy profesional y se decidió a aceptarlo. Luego en el set, sentía respeto por conocer a un director de obra tan violenta y sangrienta, pero descubrió que pese a haber dirigido títulos tan perturbadores como Audition o Ichi, the Killer, Miike es un tipo muy tranquilo, afable y simpático. Ojo que este Kazuya Kamenashi es un tipo superpopular en Japón: actor, modelo, presentador, e incluso exmiembro de la boy band Kat-Tun, el grupo musical que desata pasiones en los adolescentes nipones.

 

"Soy la versión japa de Auryn en solitario"

 

A Takashi Miike en cambio, lo que le motivó de la historia fue el drama humano que se esconde detrás de los personajes, porque son personajes psicópatas. “Normalmente los psicópatas suelen actuar en el cine de una forma estandarizada, pero en esta película los personajes actúan de una forma distinta, y el 80% de los personajes que aparecen en esta película son psicópatas”. De ahí que Kazuya Kamenashi se preparara el personaje como un psicópata estándar muy explosivo, y tuviera que cambiarlo en el rodaje siguiendo las indicaciones de Miike, a un psicópata más neutro, pausado y tranquilo, “poniendo especial énfasis en los movimientos de de su cuerpo y en las miradas”.

En opinión de Takashi Miike, el cine japonés actual está cambiando debido a las plataformas, pero es optimista porque existe una nueva generación de jóvenes directores que luchan por hacerse un hueco en el panorama. “Yo me considero un veterano”, dice, “pero mi espíritu sigue siendo joven, y en el cine lo que cuenta no es la edad sino el espíritu”. Y si con la existencia de tanto nuevo dispositivo pantallero como son las tablets y los móviles, ha cambiado su forma de dirigir, la respuesta es un rotundo no, igual que no dirige pensando en las plataformas. Sobre esto, Takasi Miike se despide con una declaración que arranca el aplauso general: “tengo 64 años, y como ya me quedan pocos años para dirigir, me he cansado del tono light de las últimas películas y por eso quiero volver a mis orígenes”.

 

Lumberjack the Venusville

 

■ SITGES 2023

 

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