Demostración que Tim Burton es tan bluff como Michael Keaton haciendo de Batman - 1ª Parte
Ahora voy a decir algo impopular y políticamente incorrecto. Es una de esas afirmaciones que lo descalifican a uno y que provocan incómodos silencios y muecas de desaprobación en las fiestas, como si el perro se hubiera tirado un pedo. ¿Preparados? Allá va. El caso es que, si hay que buscar aspirantes para el título de “director más sobrevalorado de Hollywood”, hay un nombre que acude rápidamente a mi mente antes que ningún otro: Tim Burton. ¿Cómo? ¿Burton? ¿Ha dicho Burton? ¿Pero no estábamos todos de acuerdo en que Tim Burton es un genio? Pues mira, no.
PELÍCULAS BUENAS Y PELÍCULAS BONITAS
Mucho menos raro que David Lynch (ya le gustaría), tan comercial y moñas como el peor Spielberg (el de Hook o Amistad), y con una única película mayor en su haber (Ed Wood), sobre una filmografía que ya empieza a acumular una cantidad considerable de churros (Batman, Batman vuelve, El planeta de los simios...), y de medianías olvidables (Bitelchus, Eduardo manostijeras, Mars Attacks!, Sleepy Hollow, Big Fish...), Tim Burton ostenta sin embargo una aureola de “genius at work” que no se corresponde, ni mucho menos, con los resultados que ofrece en pantalla.
Y no se trata de una simple cuestión de gustos (el socorrido “o te gusta su estilo o no te gusta”). Porque el caso es que a mí me encantan la mayoría de referentes a los que suele recurrir Tim Burton machaconamente en toda su obra: los primeros largometrajes de Walt Disney, las ilustraciones de Edward Gorey, los cuentos de Lewis Carrol (“Alicia en el país de las maravillas”, “La caza del snark”) o del Dr. Seuss (“El grinch”, “El gato”), los filmes de horror de la Hammer, el Exploitation Cinema de serie Z, Tod Browning, etc. De hecho, dichos referentes me gustan tanto que los pálidos reflejos que consigue Burton en sus películas distan mucho de ponerme cachondo. Es, sencillamente, la diferencia entre un zumo de frutas natural y uno de tetra-brick.
Tim Burton muestra orgulloso algunos de sus afrodisíacos particulares
Porque Tim Burton, con toda su imaginería visual, su “sentido de lo maravilloso” y su debilidad por los cuentos infantiles, está, de momento, bastante lejos de dirigir una obra tan madura, innovadora y redonda como el Pinocho o el Dumbo de Disney, La bella y la bestia de Cocteau, El mago de Oz de Victor Fleming, o La noche del cazador de Charles Laughton (y antes de que algún lector me venga conPesadilla antes de Navidad, déjenme recordarles un detalle que al parecer a nadie parece importarle: el director de esa película no es Tim Burton, sino Henry Selick).
La principal diferencia entre estas obras maestras y los “pasarratos” de Tim Burton es que todas esas películas son incuestionablemente modernas, mientras que el cine de Burton vive anclado en la nostalgia.Pinocho o Dumbo vivirán para siempre, y en cambio los filmes de Tim Burton ya nacen caducos (Eduardo Manostijeras es uno de los que ha envejecido especialmente mal).
FUEGOS ARTIFICIALES
A ver, no niego que la mayoría de las películas de Burton son agradables para la vista. El empaque visual de Bitelchus, Batman o Sleepy Hollow es innegable, y Burton es un creador de mundos bastante dotado. Sin embargo, precisamente ese mismo empaque visual suele generar en muchos fans el espejismo de que las películas de Tim Burton son buenas porque son bonitas; o, lo que es peor, porque son personales. Y ni es así, ni tiene nada que ver. El cine de Burton es el triunfo de lo epidérmico, del estilo (decorados, vestuario, maquillaje...) por encima de la sustancia (la historia). Cierto crítico apuntó en su día, acerca de Batman, que el aspecto visual de la película se mantenía con fuerza en su memoria (el batmóvil, los rascacielos de Gotham, el Joker…), pero era incapaz de recordar el argumento
Ese es el gran problema endémico del cine de Burton, que tras la orgía pirotécnica se esconde una asombrosa carencia de soluciones narrativas. O sea, unos decorados muy bellos, pero en los que por desgracia ocurren muy pocas cosas interesantes. Los filmes de Tim Burton son como un regalo espectacularmente envuelto. Tanto, que a menudo Burton, y el propio público, prestan muy poca atención a lo que había dentro de la caja. Debido a esto, todas sus películas suelen tener escenas memorables (sí, hasta la chorrada esa de los simios tenía algún momento de mérito), pero asimismo, todas ellas son bastante peores que la suma de sus partes.
Entrada al plató de Tim Burton, sea la acción en Gotham City, Nueva York o Cornellà
EL EMPACHO DE LOS SENTIDOS
De todos modos, ni siquiera le concedo a Burton el título de “artesano brillante”. Y es que también hay que reconocer que muchas veces, el look de sus películas llega a ser tan forzado, recargado y sobreproducido, que agota. Todo en ellas es "timburtoniano", no hay espacio para respirar. Hasta la última bombilla de la última farola de la última calle del decorado debe tener el “toque Burton”. Por ello la mayoría de sus películas acaban pareciendo iguales, ya transcurran en Nueva Inglaterra, en Gotham City o en un planeta lleno de monos parlantes; los planos generales de la ciudad simia en El planeta de los simios son idénticos a los de Gotham City en Batman, o a los de New York en Sleepy Hollow. Todo destila un tufillo de atracción de parque temático, folclórica, falsa y acartonada.
Y de lo que no se da cuenta Burton es de que hay cosas que surgen por pura inspiración, que no se pueden provocar saturando una película de gadgets. La gracia de los films clásicos de serie B que con tanto desparpajo fusila Burton, radicaba precisamente en el toque casual, el encanto de un diseño de producción casero, improvisado, basado en aprovechar los recursos que el estudio ponía en manos de directores con talento para convertir en oro la quincalla. Pero Burton no lo entiende así. Sus películas chorrean "toque Burton" por todos lados. Y ya digo, acaban empachando.
EL DIRECTOR ES LA ESTRELLA
De hecho, y al hilo de lo anterior, Burton comete un error hasta cierto punto común entre los creadores de películas tan llenas de referencias y homenajes como las suyas: siempre se coloca por encima del material con el que está trabajando. Por poner un ejemplo que todos entenderán a la primera, el Tarantino de Kill Bill homenajea a las películas de artes marciales de Hong Kong tratándolas de igual a igual, con la veneración de un fan pero sin pedantería.
¿Otro ejemplo? En E.T., Spielberg (quien, con todos sus defectos, sigue siendo el director con más talento de su generación) dio una lección de sabiduría cinéfila al narrar toda la película desde la perspectiva de un niño (repásenla y compruébenlo). Tim Burton, por su parte, es incapaz de aparcar su ego de esta manera y ponerse al servicio de la historia que está contando. Más al contrario, usa los géneros para poner de manifiesto su supuesta genialidad artística, su condición de demiurgo.
"Sí, sí, pero el que le puso pezones al traje fue Joel Schumacher, no yo"
Así pues, Mars attacks! no es en realidad un homenaje ni una parodia del cine de ciencia-ficción de serie B, es “¡Oh, mira cuánto sabe Tim Burton sobre el cine de ciencia-ficción de serie B!”. Batman no es una actualización de los tebeos de superhéroes, es “¡Oh, mira cuánto sabe Tim Burton sobre el lenguaje de los cómics de superhéroe!”. Y en Sleepy Hollow, Burton te está diciendo implícitamente: “Ésta es una película como las de la Hammer, pero mejor; mira, sale Johnny Depp ¿Y te has fijado en los decorados? ¡Los he diseñado yo!”.
Al final, esta necesidad hedonista de colocar su propio sello en cada plano acaba perjudicando a sus películas, porque se suplantan las necesidades de la narración por las necesidades del director. Batman necesitaba una buena historia para funcionar, cosa que no tenía. En su lugar, Burton cuidó a conciencia la fotografía, el diseño de producción y demás aspectos técnicos, para asegurarse de que su impronta como creador quedaba bien patente. Resultado: Batman es una película deficiente (sobre todo bastante aburrida, y en ocasiones hasta ridícula), pero es inequívocamente, y nadie puede ponerlo en duda, una película de Tim Burton.
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