BURIED (ENTERRADO) crítica: No estaba muerto, estaba de parranda

No estaba muerto, estaba de parranda Si creían que Colin Farrell estaba puteado en la cabina telefónica de Última llamada, esperen a ver esto... Por Ray Zeta

<¿Saben aquel que diu que están mil chinos jugando al fútbol en una cabina telefónica, y de repente se oye: ¡Goooool! ¡goooool!, y dice el portero: “Hombre, si me dejáis solo…”. Pues a partir de ahora, gracias a Buried este chiste no tendrá lugar en una cabina sino en un ataúd, porque ya está visto que como espacio reducido para situar una acción, ya sea la de un chiste o la de una peli como por ejemplo Última llamada, las cabinas telefónicas se han quedado demasiado grandes. Y no hablemos ya de una habitación como en La soga o La habitación de Fermat, ni mencionemos edificios, barcos o trenes como en Jungla de Cristal y sus subproductos de imitación como Alerta máxima y similares…

   ¿Creían que eran espacios limitados que condicionan la acción de los protagonistas? ¡Quiá! Tras visionar Buried comprobamos que todos ellos son espacios enormes, inmensos, y a todas luces desproporcionados, pues los personajes pueden en ellos saltar a la pata coja, hacer el pino, o incluso rascarse el culo si les pica, porque Buried riza el rizo y hace que el prota no pueda ni tener una erección sin tocar el techo o cualquiera de las cuatro paredes del receptáculo que lo recluye, y no por las grandes dimensiones de su miembro viril, se entiende… El secreto, situar la acción en el interior de un ataúd.

"Ahora entiendo porqué hay tantos agujeros..."

   Un ataúd que con un más difícil todavía encierra al único integrante del reparto de la película, ya que en Buried todo el reparto lo completa un único nombre. ¿Que en Náufrago y en Soy leyenda Tom Hanks y Will Smith se comían con patatas todo el metraje ellos solitos? Sí, pero también salían más actores (además de la pelota Wilson y del pastor alemán). ¿La huella, dicen? Casi pero no. Salían dos actores y no uno. ¿Que en Moon sí que solo salía uno? Sí, pero tampoco la aceptamos como animal de compañía porque pese a salir sólo Sam Rockwell, acuérdense que éste interpretaba dos papeles… En Buried en cambio sale sólo un actor y solo uno del primer al último minuto. Su nombre: Reynolds, Ryan Reynolds. Intérprete que por razones obvias está en plano durante toda la peli, llevando todo el peso del ataúd (nunca mejor dicho) sobre sus espaldas.

   Así que ya lo ven, Enterrado nos presenta así a un tío que se pasa toda la peli de principio a fin metido en una caja de madera de pino. ¿Peli aburrida? ¿Lenta? ¿Repetitiva? Para nada. Si piensan eso es que o no la han visto, o tienen menos fe que el Equipo A en el pacifismo, porque Rodrigo Cortés, su director, consigue pese a la limitación del espacio un thriller de acción tan trepidante y vertiginoso como cualquiera que tenga tiros, explosiones y secuestros cada tres minutos. Pasan más cosas en Buried dentro de una caja que en toda una road movie cost to cost, y hay tantos giros argumentales en su metraje como en un cuento de Philip K. Dick.

"¿Está el enemigo? Que se ponga"

   ¿Thrillers con secuestro como Rescate, Venganza o Red de mentiras? Ahora pienso en ellos y me descojono. La de pasta que se gastaron contratando actores, rodando en exteriores y filmando escenas de acción… Y total, ¿para qué? Buried consigue exactamente lo mismo con un ataúd, un móvil, un mechero y un único actor. Nada más. Un secuestrado enterrado vivo y una carrera contrarreloj para intentar salir o que lo rescaten antes de que se agote el oxígeno. Chris Evans no se despegaba del móvil en Cellular, pero hacía más kilómetros tanto motorizado como a golpe de calcetín que Keanu Reeves en Speed y Daniel Day Lewis en El último mohicano juntos; Ryan Reynolds hace lo mismo tumbado a la bartola toda la peli sin siquiera incorporarse.

   Thriller de primera línea pues, modélico y espectacular, pero también claustrofóbico, desosegante y agónico, que deja el culito del espectador más pequeño que el de la Pitufita, pero que se lo mantiene pegado a la butaca con cola-3 durante los noventa minutos que dura. Porque en Buried la interpretación del futuro Green Lantern es tan sentida, matizada y dramática como la de un Shakespeare, los movimientos de cámara son tan ricos como los de cualquier Scorsese, la acción es tan movida como la de un James Bond, el ritmo es tan rápido como el de un Indiana Jones, y el suspense tan agónico como el del mejor Hitchcock.

   Un ejercicio cinematográfico superlativo, una asignatura obligatoria en cualquier escuela de cine, y un examen aprobado con sobresaliente, que será superado solo el día que se cuente lo mismo en una caja de cerillas./>

INFORME VENUSVILLE
		Sentencia Quaid: Venus Hall of Fame
		Recomendada por Kuato a: quien quiera comprobar que la grandeza de una película es independiente del tamaño del espacio en que se rueda (¡snif!, es escribir esta frase y emocionarme).
		No recomendada por Kuato a: espectadores claustrofóbicos, que padezcan del corazón, o que envidien a Ryan Reynolds porque vea las tetas de Scarlett Johansson cada noche.
		Ego-Tour de luxe por: que aún hayan productores con huevos suficientes como para poner pasta en equilibrios cinematográficos en cuerda floja sin red y pieles de plátano por todo el camino.
		Atmósfera turbínea por: no hacer que Ryan Reynolds haya asistido al adiestramiento del maestro Pai Mei para aprender a salir de ataúdes como Uma Thurman en Kill Bill.

¿Desea saber más? > BURIED (ENTERRADO) ficha > BURIED (ENTERRADO) pressbook: Tras la senda de Hitchcock > BURIED (ENTERRADO) premiere: Buried... in the snow > BURIED (ENTERRADO) tráiler > RODRIGO CORTÉS entrevista: Enterrado por el éxito