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SITGES 2012: EL BOSC (EL BOSQUE) crítica: Pan élfico

   

Pan élfico

Mezcla de Pa negre y fantástico con una
Guerra Civil Española que ni la del Fauno

Por Ray Zeta

 

<Películas sobre la Guerra Civil Española hay muchas. De hecho durante una larga época del cine patrio parecía que no se podía producir una película española si no estaba ambientada en la Guerra Civil o no hablaba de la postguerra, como si a modo del juramento hipocrático de los médicos, para obtener el título de director cinematográfico nacional se tuviera que realizar un juramento “guerracivílico”. Ni siquiera directores actuales como Fernando Trueba, Guillermo Del Toro o Álex De la Iglesia, se han resistido a probar suerte aportando visiones más personales sobre el conflicto con películas como La niña de tus ojos, El laberinto del fauno o Balada triste de trompeta.

   Hasta llegar a Pa negre (Pan negro) de Agustí Villaronga, la película hablada en catalán que sorprendiendo a propios y extraños batió todos los récords de taquilla y premios en 2010. Título con el que por ambiente rural, personajes e idioma, El bosc (El bosque) comparte más de un parecido, pero con el que se distancia de ella igual que de los demás títulos existentes gracias a un elemento que le da un toque mágico (nunca mejor dicho) y le aporta originalidad y entidad propia en este hecho histórico tan manido: el elemento fantástico. Pa negre (Pan negro) y El bosc (El bosque) son primas hermanas, y si Pa negre (Pan negro) incluyera en su trama un elemento fantástico, entonces serían hermanas.

 

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"Cuidado, que en Pa negre te castraban antes del desayuno por menos de un duro..."

 

   ¿Porque cuántas pelis conocen que combinen la Guerra Civil Española con el género fantástico? Apenas dos: El espinazo del Diablo y El laberinto del fauno, ambas de Guillermo Del Toro. Pero aún utilizando la misma fórmula de combinación, El bosc (El bosque) explora un elemento fantástico diferente, los mundos alternativos, elemento sobrenatural que Óscar Aibar mantiene inteligentemente en segundo plano durante todo el metraje sin que entorpezca la acción principal, que es la relación entre los vecinos de un pueblo de la comarca aragonesa del Matarraña cuando estalla el conflicto armado.

   Un mundo alternativo al que se llega atravesando un portal mágico que se aparece una vez al año en forma de pantalla de luces como el de Stargate, y del que siguiendo el relato de Albert Sánchez Piñol en el que se basa, no llegamos a ver en ningún momento. Se nos habla de sus peculiares habitantes, de sus extrañas viviendas, y de su armoniosa forma de vida, pero en ningún momento se nos muestra lo que hay al otro lado, siendo paradójicamente esa ausencia uno de los aciertos de la película. ¿Qué prefieren? Que les expliquen por qué los inmortales de Los inmortales son inmortales, cayéndoles el alma al suelo con la explicación del planeta Zeist, o que sean inmortales sin más? ¿Que les expliquen de dónde procede la Fuerza de los caballeros Jedi para justificar su existencia, cayéndoles las pelotas al suelo con la explicación de los midiclorianos, o que exista sin más?

 

  "Un mundo alternativo al que se llega atravesando un portal mágico que se aparece una vez al año en forma de pantalla de luces como el de Stargate"  

 

   Pues esto es lo mismo, antes que hablar “pa cagarla” mejor no hablar, y Óscar Aibar sabe cuándo hablar y cuando mantener la boca cerrada para que no entren moscas (o en este caso “besugotes”) hasta reservarse una sorpresa final, precisamente con forma de besugo, de la que no daremos más detalles para mantener el suspense. Porque así como para él la Guerra Civil Española no es más que un marco en el que narrar la historia que nos quiere contar, que es la de un viaje personal hacia la bondad individual y el amor de pareja, el elemento fantástico en forma de mundo alternativo lo utiliza como metáfora física de ese viaje.
 
   El resto es un drama rural pseudo-bélico ambientado en el Matarraña, comarca de Teruel (hablada en su versión original en dialecto catalano-aragonés, lo que la erige según Albert Sánchez Piñol en la primera película de la historia de la humanidad hablada en esta lengua), muy bien llevada en cuanto a personajes, creando un triángulo entre María Molins, Alex Brendemühl y Pere Ponce, que ni el de Kate Winslet, Leonardo DiCaprio y  Billy Zane en Titanic, adornado encima con la presencia de un peso pesado como Tom Sizemore como norteamericano de las Brigadas Internacionales.

 

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"Ándate con ojo que en el otro mundo de Stargate tenían un líder que era un travelo"

 

   Porque sí señores, igual que en 1995 Óscar Aibar convenció a Iggy Pop para que participara en Atolladero, para El bosc (El bosque) no se cortó a la hora de irse a Hollywood para pedirle personalmente a Sizemore que pasara una temporadita comiendo pan con tomate y jamoncito de bellota en el Matarraña, y lo consiguió. Él que ha sido militar en Black Hawk derribado a las órdenes de Ridley Scott y en Salvar al soldado Ryan a las de Steven Spielberg, aquí es un miliciano internacional a las órdenes de Óscar Aibar, dándole con su interpretación un plus de calidad a la película que ni Scott o Spielberg ejerciendo como directores de segunda unidad.

  Y todo esto es El bosc (El bosque), una de las películas triunfadoras de la reciente edición del Festival de Sitges, que aunque ambientada en la Guerra Civil Española es puro cine fantástico tan original y tan inteligentemente bien dirigido, que se aparta por completo del resto de películas existentes sobre esta guerra. Para la próxima adaptación de un escrito de Albert Sánchez Piñol, pedimos por eso que sea de “La pell freda” (La piel fría), para que por el mismo precio haya sexo con las criaturas fantásticas./>

 

 
INFORME VENUSVILLE
     
 
Sentencia Quaid:
Copas de yate
     
     
 

Recomendada por Kuato a: quien le gustó El espinazo del Diablo y El laberinto del fauno. Con El bosc completarán la trilogía.

     
 

No recomendada por Kuato a: quien sólo oír “película ambientada en la Guerra Civil Española” le salga urticaria, jaquecas y diarrea.

     
 

Ego-Tour de luxe por: la contención narrativa en cuanto a lo que el elemento fantástico se refiere, y la sorpresa final.

     
 

Atmósfera turbínea por: lo dicho al final de la crítica, que no haya sexo con los “besugotes” como sí hay con las criaturas de la también novela de Albert Sánchez Piñol “La pell freda”.

 

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