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SITGES 2020 crónica 6: Días extraños

Honeydew; Wendy; The education of Frederick Fritzell; Mandibules

CHEMA PAMUNDI

Última crónica de una edición del festival de Sitges (mañana artículo de palmarés y conclusiones) de la que lo mejor que vamos a poder decir con el paso de los años es que ha sido una de las peores que se recuerdan a nivel cinematográfico. O sea, que si nos centramos en hablar de eso es señal de que el festival en sí se ha celebrado con normalidad; y ahí está la noticia importante. Lo otro, lo de habernos tragado más bodrios y mediocridades que de costumbre, pues qué le vamos a hacer, ya vendrán ediciones mejores. Con la producción que había disponible se ha hecho lo que buenamente se ha podido.

Si no ha habido melodrama pandémico estilo Estallido ha sido, además de por las adecuadas medidas de seguridad, porque la afluencia de público se ha acabado quedando en unos niveles tristísimos incluso durante los dos fines de semana. Había sesiones puntuales llenas, sí (llenas al 70% o 50% de aforo permitido, me refiero), pero en general poco ambiente festivalero, poca gente paseando por el pueblo o a la caza de la foto con el famoso de turno. Ahora mismo, mientras escribo esto en una de las mesas del hall del hotel Melià, miro a mi alrededor y no hay ni un alma. Me siento como Jack Torrance en el hotel Overlook. Si veo aparecer a Pumares montado en un triciclo me parecerá hasta normal.

 

El año de la plaga

 

Me han preguntado un par de veces qué criterio sigo para decidir qué reseñar y qué no en estas crónicas. La respuesta es “yo qué sé”. De los aproximadamente 50 títulos que he visto esta vez, he comentado cerca de la mitad (24), y sinceramente he ido a por los que más me apetecían, ya fuera porque me habían gustado (de los buenos-buenos no he dejado ninguno fuera), porque habían generado expectativas entre el público o porque me parecía que daban para un comentario interesante.

La realidad es que, si quieres facturar un artículo cada dos días, no te queda otra que ir improvisando: al principio no tienes el lujo de poder elegir y básicamente reseñas lo que vas viendo (ese es el motivo de que se te acaben colando mondongos cómo The Pale Door). A medida que pasan las jornadas y acumulas películas ya puedes filtrar más, ser más selectivo o ir corrigiendo para recuperar títulos que habías decidido saltarte pero han acabado siendo importantes (se han llevado un premio, han calado especialmente entre la gente, etc).

Aún así, este ha sido un año raro y desordenado, en el que por ejemplo he visto mucho cine americano, canadiense y francés, pero solo una película española y un par de orientales. La intención de estas crónicas, más allá de que se eche en falta la reseña de tal o cual película concreta, es dar una visión de conjunto de lo que ha sido el festival. Si lo he logrado un poquito, ya me voy contento.

Y bueno, ahí van las cuatro selecciones con las que se cierra mi Sitges 2020.

 

 

HONEYDEW (Devereux Milburn, EUA, 2020)

Trailer, fotos, sinopsis y ficha

 

Una pareja joven, ella estudiante de medicina (Malin Barr) y él aspirante a actor (Sawyer Spielberg), está viajando por la América profunda cuando su coche se queda súbitamente sin batería en medio de la nada. Ello les obliga a aventurarse a pie por el bosque y acabar pasando la noche en casa de una (aparentemente) apacible anciana. Nada grave: llamar a un mecánico, cenar algo y a dormir. Huelga decir que, lo que pintaba como un contratiempo menor para nuestros dos protagonistas, se habrá convertido en una pesadilla a vida o muerte antes de llegar al desayuno.

Hay una larga lista de cosas mejores que hacer con tu vida un viernes a las 8 de la mañana que cascarte una BRASA como Honeydew, pero claro, cuando me he dado cuenta ya era demasiado tarde. El único motivo por el que voy a dedicarle aún más atención reseñándola aquí es mi voluntad de servicio público. Alguien debe dar la voz de alarma a los fans del terror despistados, que si se la encuentran en alguna plataforma digital podrían llegar a pensar que igual es buena idea ver el debut como actor del hijo de Steven Spielberg. No, no lo es. No lo hagáis. Honeydew es una reimaginación de La matanza de Texas/Hansel y Gretel convertida en un antipático ejercicio de estilo de 106 minutos insufriblemente lentos e inverosímiles (sí, estamos hablando de una peli de terror inverosímil cuando la comparas con La matanza de Texas...).

 

"Esto me pasa por aceptar sólo por oír el apellido Spielberg"

 

Las pocas gracias de Honeydew vienen del microanálisis de los dos protas, que a fin de no asumir su crisis de pareja galopante (todas sus conversaciones dejan entrever esa tensión de “en realidad no quiero estar contigo”) se han entregado a practicar el activismo alimenticio de revista de tendencias: ella es vegana y él vigila todo lo que come porque tiene problemas de colesterol, pero ambos buscan momentos a escondidas para poder zamparse una madalena o una chocolatina sin que se entere el otro. En esa tesitura, resulta ciertamente irónico que acaben metidos en un embrollo con unos locos que se los quieren comer a ellos; y, en fin, ya que estamos resaltando las cosas buenas, hay que reconocer que el diseño de sonido consigue crear una atmósfera malsana y nerviosa incluso en las escenas más cotidianas.

Pero vamos, que no. Que todas las posibles virtudes que pudiéramos rascarle a la película son aniquiladas por su ritmo de burro muerto (te tienes que tragar una hora de semi-prólogo antes de que empiece a pasar ALGO), por un guion basado en una concatenación de casualidades a cual más loca, y por una pedantería conceptual y visual bastante mosqueante: esos planos de pantalla partida que no aportan nada, ese recrearse machaconamente en el televisor que sólo sintoniza dibujos animados de los años 30, o ese colar un forzadísimo cameo humorístico-transgresor de Lena Dunham (en el papel más ridículo de su carrera, que se dice pronto), por citar solo unos pocos ejemplos. El terror es un género en el que abundan las películas malas pero al menos honestas. Honeydew es una puñetera mierda con ínfulas. Ni acercársele.

 

Venusentencia: Condenada a alforfones

INF VNV 1

 

 

WENDY (Benh Zeitlin, EUA, 2020)

Trailer, fotos, sinopsis y ficha

 

Al parecer, Benh Zeitlin siempre había querido escribir y dirigir una película que adaptase libremente la novela "Peter Pan y Wendy", de J. M. Barrie. Ahora, casi una década después de su debut con la maravillosa Bestias del sur salvaje, ha logrado por fin hacerla realidad. Por eso sorprende que, tras tantos años de darle vueltas, lo que le haya acabado saliendo sea un cuentecillo bonito pero algo superficial, cuyos mejores hallazgos están fotocopiados, precisamente, de Bestias del sur salvaje. Es como si la responsabilidad le hubiera agarrotado creativamente, en lugar de darle alas, y solo hubiera sabido salir del laberinto repitiendo lo que le funcionó en su ópera prima.

Así, Zeitlin vuelve a demostrar muy buen ojo para dar vida al mundo infantil y su capacidad de encontrar la magia en lo cotidiano (lo de que los niños viajen hasta Nunca Jamás “volando” subidos a los techos de los trenes que pasan frente a su casa, es una genialidad). También logra contagiar al espectador el estado de euforia de los protagonistas con enérgicos travellings cuando corren, gritan y ríen (los crescendos de la estupenda banda sonora de Dan Romer aportan más de un grano de arena al asunto, dicho sea de paso); y sobre todo acierta al narrar la historia de manera casi exclusivamente visual, utilizando los diálogos y las voces en off como un mero refuerzo. En una edición del festival en la que hemos tenido una película, The Book of Vision, producida por Terrence Malick y que de hecho ha sido tildada de “Malick de marca blanca” por casi todos los que la han visto, Wendy se antoja como una heredera emocional mucho más genuina del director de El árbol de la vida.

 

"Mi pensamiento alegre para volar es imaginar que Hook nunca ha existido"

 

En cuanto a la adaptación en sí, destaca la excelente interpretación de los dos protagonistas (Devin France está muy bien como Wendy, pero lo de Yashua Mack como Peter Pan es un acierto de casting espectacular, sobre todo teniendo en cuenta que no puede estar más alejado de la imagen canónica del personaje). Aparte de eso, el origen del Capitán Garfio tiene chispa y el final es genuinamente emocionante (de nuevo con la música dándolo todo). En cambio, el tramo central son tres cuartos de hora repetitivos en los que no pasa nada más allá de un tour por la isla, los personajes-niño secundarios están desdibujados hasta el punto de parecer intercambiables, y el mensaje de “la juventud es un estado mental” tiene la profundidad de una galletita de la fortuna. En conjunto la película aprueba, pero Benh Zeitlin debería darse cuenta, como la propia Wendy, de que madurar no es algo intrínsecamente malo. No puede estar siempre intentando repetir Bestias del sur salvaje, porque ya está hecha (y muy bien hecha).

 

Venusentencia: Dos Caras Harvey

INF VNV 3

 

 

THE EDUCATION OF FREDRICK FITZELL (Christopher MacBride, EUA, 2020)

Trailer, fotos, sinopsis y ficha

 

Christopher MacBride es uno de esos directores de culto que deberían serlo menos. En 2012 escribió y dirigió The Conspiracy, una de las películas de metraje encontrado más originales, inquietantes y bien hiladas de esa década, y que lamentablemente parece que no vio apenas nadie. Ahora, tras casi diez años de proyectos frustrados o pospuestos indefinidamente, ha logrado volver a ponerse tras la cámara con The Education of Frederick Fritzell, obra bastante inclasificable, que lo tiene todo para gustar al mismo tipo de público al que gustó por ejemplo Donnie Darko, pero que, me temo, va a pasar también muy desapercibida; y, aún no siendo redonda, merecería que le prestáramos atención.

La película narra lo que le ocurre al Frederick Fritzell del título (le pone cara Dylan O'Brien, el de la trilogía de El corredor del laberinto), un tipo casi treintañero con un trabajo, una relación de pareja y una vida bastante normales cuando, llevado por una crisis existencial también bastante normal, empieza a escarbar en su pasado. Ahí Frederick descubre un episodio olvidado de su adolescencia que implica a una misteriosa compañera de instituto (interpretada por Maika Monroe, sin duda la “cult movie queen” de esta generación), y a una droga aún más misteriosa que al parecer ambos solían tomar. Tirando del hilo, descubrirá todo un abanico de nuevos estados de conciencia, realidades alternativas y vidas paralelas. Todo muy cuántico.

 

"Educan más dos tetas que dos carretas"

 

The education of Frederick Fritzell tiene un concepto central bastante follamentes, aparte de tocar de soslayo el tema de las paradojas de la elección (cuantas más opciones tenemos a la hora de tomar decisiones vitales, mayor es nuestra angustia ante la posibilidad de no haber escogido la mejor). Quizás su narrativa sea algo abrupta, su ritmo un tanto desigual y su desenlace demasiado difuso, pero todo ello se disculpa en cuanto te das cuenta de que lo que está intentando explicarte tiene bastante mérito y no obedece a una línea temporal estándar. Es una de esas películas con las que, al salir de la sala, te sorprendes pensando “qué hubiera hecho yo en su lugar”... Lo cual quiere decir que funciona.

 

Venusentencia: Copas de yate

INF VNV 4

 

 

MANDIBULES (Quentin Dupieux, Francia, 2020)

Trailer, fotos, sinopsis y ficha

 

Mandibules es la historia de dos perfectos imbéciles (interpretados de manera solvente y chisposa por David Marsais y Grégoire Ludig) que un día se encuentran una mosca del tamaño de un gorrino y deciden amaestrarla para hacerse ricos con ella (tampoco son muy ambiciosos: simplemente quieren que robe cosas y se las traiga volando, como si fuera un dron). Tratándose de una película de Quentin Dupieux, es fácil imaginar que lo de la mosca es un mero macguffin a partir del cual desplegar una colección de peripecias de humor absurdo.

No tenía en mente comentar Mandibules, que pude ver nada más poner pie en Sitges, porque en ediciones anteriores del festival he reseñado ya muchas cintas de Dupieux certificando mi paulatino desencanto con él, y no me pareció que ésta en concreto aportase nada nuevo o diferente: un poco peor que Le Daim, un poco mejor que Au Poste... Sin embargo, sí que ha acabado aportando algo que de primeras no vi venir, y es que se ha convertido de largo en la película más citada de Sitges 2020. Antes de cada sesión en cualquiera de las cuatro salas, en cuanto se apagaban las luces, podía oírse a coros de espectadores gritando “¡Toro! ¡Toro!”, entre risas. “¡Toro!” Es lo que se dicen los dos bobalicones protagonistas (mientras hacen cuernos con los puños y se los chocan), cada vez que logran urdir un buen plan o que el destino les sonríe con un golpe de suerte. Es un running gag muy chorra, pero que acaba funcionando por acumulación, y es quizás el mejor ejemplo de que Mandibules funciona más por su carisma que por su calidad cómica.

 

"Que se vayan preparando Jim Carrey y Jeff Daniels para el remake americano"

 

Este es sin duda el título más accesible que ha dirigido Dupieux hasta la fecha, lo cual puede convertirlo fácilmente en el más popular de su carrera. Porque, aunque sea un Dupieux algo diluido, sigue sin parecerse a casi nada que pueda haber visto el espectador mainstream medio. En cambio, los que seguimos esperando recuperar al director rompe-esquemas de Rubber y Wrong tenemos que conformarnos con pinceladas como el ya mencionado puntazo de la mosca gigante, la descacharrante escena en la que los dos idiotas tratan de explicar por qué dicen “¡Toro!” todo el rato, o el personaje de la chica con daños cerebrales que solo puede hablar a gritos y aplicando una gestualidad facial que nunca cuadra con lo que está diciendo (¿no podemos reírnos de los discapacitados? Pues dos tazas). El resto es humor de equívocos y vodevil cuya única intención parece ser llenar los minutos suficientes como para que Mandibules compute como largometraje. Entretiene pero sin dejar marca. O sea, lo de casi siempre con Dupieux.

 

Venusentencia: Dos Caras Harvey

INF VNV 3

 

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