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SITGES 2009: THE ROAD (LA CARRETERA) rueda: Aragorn en la carretera

   

El retorno del rey

Aragorn, hijo de Arathorn, regresa triunfante al reino del Garraf tras liberar a la Tierra Media de Sauron

Por Ray Zeta

 

<Sitges, 11.10.09. Ha llegado, ha visto y ha triunfado. Y joder cómo ha triunfado. Ni punto de comparación con su anterior visita al Festival, cuando acompañado de David Cronenberg presentó Una historia de violencia en 2005. En esta edición, la Organización le ha dado tratamiento de archi-hiper-mega-estrella como no le había dado a ningún invitado anteriormente (bueno sí, quizás a Jodie Foster también en 2005). El nutrido cordón de seguratas a lo M.A. Baracus que le han puesto para que lo protejan hasta cuando esté meando así lo prueba.

   Y eso que Viggo Mortensen es en realidad un tío sencillo que nunca se las ha dado de estrella. Todo lo contrario, el tipo se empeña en alimentar su pose de artista progre, como demuestra el vestuario que ha elegido para presentarse a los medios. Véanlo en la imagen, cientos de fotógrafos agolpados para inmortalizarlo este día, y él tan pancho con una camiseta informal, unos tejanos, unas bambas, y a correr. Para qué más. El que es elegante y glamouroso lo sigue siendo incluso tapado con periódicos. Y si hay algo que a Viggo le sobra es, precisamente, glamour.

   Y este día encima tiene el guapo subido. ¿Recuerdan el plano de Las dos torres en el que hace entrada en Rohan abriendo las puertas del castillo de par en par? Pues hoy en el Mirador está igual pero afeitado. Poderoso, majestuoso, y luciendo melena montaraz al viento. Viéndole con el Mediterráneo a la espalda uno no sabe si está contemplando el photocall de un film post-apocalíptico o un anuncio de L’Oreal.

   La sala de prensa, no podía ser de otra manera, se queda pequeña. Qué digo pequeña, minúscula. Entre reporteros acreditados y no acreditados, cazautógrafos, curiosos, turistas despistados, hordas de fans, japoneses en busca de la Sagrada Familia, staff de la Organización y seguratas, parece talmente como si la sala se hubiera comido una de las galletas reductoras de Alicia.

 

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No escondas tu pelo con L`Oreal

 

   Viggo sin embargo permanece tranquilo, como si la cosa no fuera con él, y sentado a su lado, John Hillcoat, el director de The Road, alucina pepinos porque la cosa sí que no va con él. Tiene claro que su papel en la rueda de prensa va a ser el de invitado de piedra, pues Viggo eclipsa a todo aquel que tiene al lado. ¿Les he dicho que la sala está abarrotada? Pues ahora no sabría decirles, porque yo solamente veo a Viggo.

   Tan relajado como si estuviera metido en un jacuzzi, Viggo muestra orgulloso una bolsa de mano con el escudo del San Lorenzo de Almagro, el equipo argentino de fútbol de sus amores, y con un catalán perfecto saluda y agradece su asistencia a los presentes. No ha empezado aún la rueda y ya se ha metido a la concurrencia en el bolsillo (no sabe nada, el gañán), y a la que se da el pistoletazo de salida, un océando de manos se alza pidiendo la palabra.

   “Dejé la tortilla a un lado porque tenía que estar más flaquito, y también escuché música, leí poesía y vi películas, todo lo que creí que me ayudaría a entrar en un estado de emoción, porque lo más importante era encontrar el coraje para decir la verdad sin palabras”.

   Explica en un castellano perfecto con acento argentino acerca de cómo se preparó para el film, y prosigue su declaración deshaciéndose en elogios hacia el niño Kodi Smit-McPhee, su compañero de reparto sin el cual, dice, no hubiera podido sacar adelante el personaje .

 

  "Poderoso, majestuoso, y luciendo melena montaraz al viento, viéndole con el Mediterráneo a la espalda uno no sabe si está contemplando el photocall de un film post-apocalíptico o un anuncio de L’Oreal"  

 

   “Es australiano, tiene un don para los acentos, y pese a que se burlaba de todo constantemente, a la hora de rodar se mostraba muy maduro. Gracias a él pude afrontar el desafío de desnudarme desde dentro y de ser honesto con los sentimientos”.

   Y para que el público presente no derrame ninguna lagrimita ante tan sentidas palabras, nos cuenta una anécdota acerca de la facilidad del chico con los idiomas y los acentos. Con otros miembros argentinos del equipo le enseñaron expresiones típicas “porteñas”, tanto las políticamente correctas, como las no tan correctas para un niño de su edad. “Le enseñamos a hablar el buen castellano”, afirma irónicamente Viggo…

   Muy bonito hombre, o sea que la peli va de un padre que intenta transmitir a su hijo una serie de valores morales en un mundo en el que han dejado de existir, y mientras tanto, entre toma y toma, tú enseñándole a decir “la concha de tu madre” y otros improperios al niño… ¡Me encanta! Eso sí que es educación, coño, y no inculcar que está mal ir por allí practicando el canibalismo…

   Claro que mejor que comerse a un viejales de carnes correosas como Robert Duvall es beberse una Coca-Cola, y más aún si es la última que queda en el mundo (igualito que cuando Kevin Costner se fuma el último piti del planeta en Mensajero del futuro). Una Coca-Cola que sale en la peli porque así lo dice la novela, que ningún malpensado crea que es por temas publicitarios... El propio Viggo se encargó personalmente de que así fuera para ser lo más fieles posibles al texto de Cormac McCarthy.

 

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"Esteee... ¡Que la chupen! ¡Que la sigan chupando!"

 

   “Me dieron el número de la Coca-Cola, llamé y les conté todo. Les dije que iba a ser una promoción gratis, como si estuvieran en el Mundial de fútbol pero gratis. Rodamos además la escena varias veces, con Coca-Cola, Pepsi, y otra marca, interpretándola mejor expresamente con la de Coca-Cola. Les enviamos las escenas, quedaron impresionados, y aceptaron”.

   Olé, eso es compromiso con la fidelidad artística. “Ya que estábamos flaquitos me divertía la idea de que fuera una Coca-Cola light. Habría sido gracioso”. Esto en cambio no, esto ya es recochineo en estado puro. “Pero no nos dejaron…”. Y eso es justicia divina.

   En este momento, Viggo le pasa la palabra al director, que el hombre más que un invitado de mesa en una rueda de prensa, parece una estatua humana de la Rambla. Otra cosa no, pero lo que es educado, este Viggo lo es un rato.

   “Esta es la mía”, pensó John Hillcoat, así que asió el micro con las dos manos, tomó aire, y se explayó a gusto contándonos lo duro que fue rodar la película en escenarios naturales en invierno a tan bajas temperaturas por cincuenta localizaciones en cuatro estados diferentes, cómo de importante era dar con el niño actor apropiado, la bendición que significo encontrarle, lo inteligente que es como actor, y bla, bla, bla..

 

  "Me dieron el número de la Coca-Cola, llamé y les conté todo. Ya que estábamos flaquitos me divertía la idea de que fuera una Coca-Cola light, Habría sido gracioso, pero no nos dejaron…"  

 

   ¿Pero quién es este tío que está al lado de Viggo? Nosotros hemos venido por Viggo y queremos a Viggo, así que alguien le arranque de las manos el micro a este tío plomo, y nueva pregunta para Viggo: ¿qué harías tú en una situación similar a la de la película?

Bueno, soy bastante testarudo. Intentaría aguantar todo lo posible, pero nunca se sabe. Son esas situaciones que nos hacen ir al cine, contar cuentos como éste. Lo importante es para qué, ¿para qué sobrevivir? ¿Sobrevivir nada más, o hay otra cosa, más allá?

   Vaya, ahora el hombre se nos pone profundo, se nota que es un lector acérrimo de poesía. ¿Quiere decir eso que Viggo cree que el fin del mundo está cerca? “Para nada, yo soy optimista. Es el fin del Festival (la rueda tiene lugar el último día), pero no del mundo ni de la selección argentina”.

   Sí señor, no hay nada como el fútbol para devolvernos de golpe a la Tierra. Aunque  no sé, eso de que no es el fin de Argentina lo veremos este verano, porque tal como está ahora de juego, me apuesto tu bolsa de mano a que en el Mundial no llega ni a octavos. Pero hasta que eso ocurra, Viggo, a disfrutarlo, y tal como dice el seleccionador de tu país de adopción, que la sigan mamando./>

 

 

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Viggo Mortensen en 2005 (es que ese año iba a mear solo) 

 

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