HAN SOLO: UNA HISTORIA DE STAR WARS noticia: Estreno descafeinado

Han Solo: Una historia de Star Wars pincha en taquilla el primer fin de semana de exhibición

Ay, ay, ay, que Han Solo: Una historia de Star Wars puede convertirse en la primera película de Star Wars que pinche. Es pronto para decirlo, pues sólo se ha exhibido un fin de semana, pero ya saben que es con lo que los analistas de Hollywood emiten su previsión. Luego seguro que con tantas salas repartidas en tantos países del mundo, venta directa, alquiler doméstico y merchandising, acaban ganando pasta, pero el vaticinio es que no será ni mucho menos el éxito que Disney creía.

Y es que el dato es que en su primer fin de semana de estreno, el spinoff del contrabandista más carismático de esa galaxia muy, muy lejana, ha recaudado menos de 150 millones dólares (concretamente 110), que es lo que esperaba Disney, anotando sólo 26 millones en Estados Unidos, país en el que funciona mejor la saga. Otros países en los que ha pichado (repetimos que estamos hablando de su primer fin de semana de estreno) han sido China (10 millones), Reino Unido (también 10 millones), Australia (5 millones), Alemania (4 millones) y España (3 millones).

Por eso ahora toca hacer reflexión y analizar las causas. Está claro que la mala prensa que ha tenido la película tras el despido de los directores Chris Miller y Phil Lord, y el parche que ha supuesto Ron Howard rodándola enterita a toda velocidad para respetar la fecha de estreno, habrá tenido que ver, pero el hecho de que haga sólo cinco meses de Los últimos Jedi hace pensar también que quizás empieza a existir cierta fatiga de ver tantas películas de Star Wars seguidas.

No nos alegramos del pinchazo de Han Solo: Una historia de Star Wars, claro que no, y menos aún por ser uno de nuestros personajes favoritos de Star Wars, pero si sirve para que Disney se replantee su estrategia, y mime más las películas en vez de tratarlas como si fueran productos industriales, haciendo menos y cuidándolas más, lo daremos por bueno, que esto parece ya una fábrica de rosquillas.