SITGES 2015 día 7: Atracos imperfectos

Victoria; Veteran; Rabid Dogs (Enragés); Schneider vs. Bax; Southbound

■ CHEMA PAMUNDI

Mira que cada año le preguntamos a Ángel Sala cual es el criterio para ordenar las películas por secciones, y cada año nos lo explica... pero la mayoría seguimos sin entenderlo. En esta edición tenemos cosas raras como Anima't, la sección competitiva de películas de animación, que incluye sólo cinco títulos. En cambio, The Boy and the Beast (peli de dibujos japonesa que lo está petando en festivales de todo el mundo) se pasa fuera de competición, y Anomalisa (la cinta de marionetas de Charlie Kaufman) está en la sección Noves Visions One (que por cierto, ya que estamos me gustaría saber la diferencia entre Noves Visions One y Noves Visions Plus; en la web del festival no la veo por ninguna parte). El mayor pifostio, no obstante, corresponde a la sección oficial a competición, que este año incluye la salvajada de 36 películas y da la sensación de que las eligen tirando un dado: ¿Qué pinta ahí Ludo, que es evidente que no va a rascar nada y que pegaría mucho mejor en Panorama Fantàstic o en una sesión Midnight X-Treme? ¿Y por qué no está La bruja? ¿Y qué hace un drama como Life (la vida de James Dean) en la sección Fantàstic? Pasan las ediciones, y los criterios de Sitges me siguen pareciendo igual de confusos que el primer día...

Anima't, la sección más animada de Sitges

VICTORIA (Sebastian Schipper. Alemania, 2015)

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El primer asalto de hoy ha sido Victoria, la sensación fílmica de la temporada. Victoria es como uno de esos trucos de magia de David Copperfield a los que les valoras el mérito pero en el fondo te dan igual. La particularidad de la cinta, como ya sabe todo el mundo, es haber sido filmada en un único plano secuencia de dos horas y veinte minutos, según sus creadores “sin trampa ni cartón”, a diferencia de otras obras similares como La soga o Birdman (en las que sí hay cortes disimulados mediante montaje). Vamos, que al parecer lo que debemos valorar aquí no son tanto los méritos cinematográficos como la pericia técnica. El problema es que si a Victoria le quitas la forma (el plano secuencia), lo que te queda como fondo (la historia que cuenta) no es gran cosa: una chica madrileña sale de juerga una noche por Berlín y acaba amigándose con una panda de tíos que al cabo de una hora y poco de haberse conocido le propondrán participar en el atraco a un banco, propuesta que ella acepta sin pestañear.

El salto de fe necesario para tragarse este giro argumental ha tenido a la mitad del público discutiendo con la otra mitad a la salida de la proyección. Personalmente soy de los que no se lo han creído, aunque es cierto que en los primeros minutos de metraje el guión va dejando un sendero de miguitas de pan para que entiendas que la protagonista se siente muy sola y está deseando arrimarse a cualquiera que le haga un poco de caso. De todos modos, esa implausibilidad de la trama tampoco debería dominar el debate en una obra que intenta venderse ante todo como una virguería en el manejo de la cámara; y en ese aspecto hay que decir que te mantiene enganchado y estupefacto, aunque también un tanto distanciado a nivel dramático (te preocupa más el cómo lo habrán rodado que todo que lo que les pase a los personajes). Victoria es una buena película, sí (¿Obra maestra? ¿Perdón? ¿Nos hemos vuelto locos?), pero a mí me interesaría mucho más ver el making off.

"Ven con nosotros y te enseñaremos lo que son las buenas salchichas alemanas"

VETERAN (Ryoo Seung-wan. Corea del Sur, 2015)

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Decido continuar con una de orientales dándose de leches, que no puede ser que llevemos siete días de festival y aún no haya visto ninguna. La elegida es Veteran, cinta coreana de Ryoo Seung-wan (director hace unos años de la multipremiada The Unjust, de la que sólo recuerdo que me gustó), y por suerte acierto con ella. No es que invente nada (grupo de policías liderado por un detective con mucho callo, que intenta meter en la trena al capitoste de una megacorporación con redes de crimen organizado), pero al menos lo que hace lo hace bien. Curiosamente, empieza como una comedia de artes marciales frenética, pasadita de vueltas y algo borrica (humor de caídas y collejas), y más o menos a mitad del metraje muta en un drama policial bastante serio (uno diría que al prota incluso se le olvida cómo dar patadas voladoras). Es un cambio de tono evidentemente buscado, pero que al menos a mí me ha dejado picueto hasta que me he acostumbrado. Con todo, a partir de ese punto la película mejora ostensiblemente y la conclusión, aunque tópica (el bueno persiguiendo al malo) resulta satisfactoria. Si Veteran durase diez minutos menos sería todavía mejor, pero ya sabemos que pedirles eso a los directores orientales de películas de gángsteres es pedirles un imposible.

"Es que a media película nos hemos dado cuenta de que no teníamos a Jackie Chan"

RABID DOGS (ENRAGÉS) (Éric Hannezo. Francia, 2015)

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Siguiendo la tendencia de “polis y ladrones” con la que estoy llenando la jornada, me casco una gabachada (tanto en el buen como en el mal sentido) titulada Enragés, remake de la cult movie setentera italiana Rabid Dogs (aunque también se la conoce como Kidnapped), de Mario Bava, uno de los títulos más malditos de la historia del cine (se rodó en los 70 pero fue de inmediato confiscada por un juez debido a los impagos de deudas de su productora, y se tiró más de veinte años muerta de risa en un cajón hasta que a finales de los 90 por fin pudo estrenarse). Hace algunos años fue rescatada del olvido gracias a su edición en DVD, y es de suponer que eso avivó el interés por esta actualización. Enragés plantea un atraco a un banco que sale mal, de modo que los asaltantes (que van con cascos de hockey y armas largas, clavaditos a los de Heat de Michael Mann) se ven obligados a tomar rehenes y darse a la fuga en un coche. Enragés es una cinta bastante tópica de secuestrados y secuestradores, con una realización y unos personajes la mar de estándar, una iluminación de tebeo que no le acaba de cuadrar, algunas escenas un tanto ridículas (sale gente vestida de oso, no digo más) y un final que la redime pero cuyo único mérito es ser calcado al de la película original. O sea, un remake del todo innecesario.

"Esto es lo que pasa por hacer un remake francés en vez de americano"

SCHNEIDER VS. BAX (Alez van Warmerdam. Holanda, 2015)

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Schneider vs. Bax suponía una de mis citas más esperadas del festival por ser la nueva cinta de Alex van Warmerdam, autor de la estupenda Borgman, merecida ganadora del premio a mejor película en Sitges 2013. En ella, un asesino a sueldo (Schneider) recibe el día de su cumpleaños el encargo inaplazable de matar a un escritor de mediana edad (Bax, interpretado por el propio director) que vive solo en una casa en medio de unas marismas. Sin embargo la misión va acumulando contratiempos, por la casa no para de aparecer gente loquísima, y Bax resulta no ser la víctima indefensa que aparentaba. Schneider vs. Bax es una película mucho más ligera, menos loca y más “normal” que Borgman, hasta el punto de que podría considerarse un mero divertimento. Eso no significa que sea una obra insatisfactoria, todo lo contrario: funciona, y funciona muy bien. El director holandés experimenta con una historia de género negro, subvirtiéndola al añadirle sus habituales ingredientes, referentes y toques de comedia surrealista, y contemplando divertido si en medio de todo aquello ha quedado una narración reconocible. La verdad es que sí; es más,Schneider vs. Bax mantiene un equilibrio primoroso entre la chaladura y el cine tradicional, y puede entenderse y disfrutarse de ambas maneras. Además, posiblemente suponga un punto de entrada más accesible a su filmografía para quien no la conozca. Pero uno no puede dejar de echar de menos el absurdo extremo y la falta de asideros que hacían de Borgman una genialidad inclasificable. No es un Warmerdam menor... pero sí que lo es.

"Gana el premio a la Mejor Película del 2013 para esto"

SOUTHBOUND (Varios. E.U.A., 2015)

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Southbound es otra de esas películas de episodios de terror interconectados que tan bien funcionan ahora. En este caso, los nexos de unión son el final de una historia con el inicio de la siguiente, y una misma trama que sirve de prólogo y epílogo convirtiendo el conjunto en una especie de círculo narrativo cerrado, llamado a repetirse de manera incesante. El entorno común a las cinco historias es una carretera polvorienta que lleva hacia el sur (o sea, hacia el infierno), y el tema de fondo es la condenación eterna: todos los personajes de la película van camino de arder en las llamas del infierno. Los relatos de Southbound no son cerrados, autoconclusivos ni de desarrollo clásico como podrían serlo los de la serie V/H/S, sino más bien esbozos algo indefinidos, oníricos y extraños. A mí me ha gustado que así fuera (me ha parecido nuevo, fresco y arriesgado), pero quien vaya buscando algo estilo “Cuentos de la Cripta” puede quedar defraudado. El mejor de todos ellos es el central, titulado “Accident”, que narra la noche infernal de un conductor que ha atropellado a una chica en plena carretera y hace lo posible por salvarle la vida. Sólo por ese excelente cuarto de hora ya merece la pena tragarse toda la película. El resto de episodios complementan a “Accident” de manera adecuada, conformando una antología que sorprende y descoloca más que asusta.