SITGES 2015 día 3: Vivos, muertos, y en camino

Maggie; El cadáver de Anna Fritz; The Hallow; The Visit; The Dead Lands

■ CHEMA PAMUNDI

De entre todos los gags recurrentes que se repiten de año en año durante el festival de Sitges, las quejas de Carlos Pumares han alcanzado una categoría especialmente mítica. La gente lo sabe y muchas veces le busca el cuerpo (“Carlos, ¿qué te parece el retraso que llevamos hoy?”), y él se entrega encantado a sus airadas quejas, sabedor de que siempre va a tener una audiencia entregada. Hoy ha venido a la sala de prensa mientras yo estaba escribiendo esta crónica, a quejarse de que el festival no nos pusiera ordenadores y tuviéramos que traerlos de casa. “En el festival de Locarno te ofrecen hasta café, y toallitas, ¡Toallitas húmedas!”. Luego pasa a quejarse de la cantidad absurda de títulos en la sección oficial a competición. Finalmente me recomienda unos ejercicios de estiramiento (los reproduce; yo le miro atónito) y se va por donde ha venido, como un maestro Jedi que ya me hubiese transmitido toda su sabiduría.

Pumares es un clásico del festival, y uno de los tipos más divertidos que corren por aquí. Es, además, un crítico de cine estupendo, llano y directo, a menudo capaz de analizar una película de manera certera con una sola frase. Ayer ya me lo crucé a la salida de tres sesiones, y las tres veces salía diciendo “Esto ya lo hizo Haneke”. Lo bueno es que las tres veces tenía razón. En cierta ocasión, hace ya años, me dijo que para él la mejor película de la carrera de Schwarzenegger era Perseguido. No puedo estar más en desacuerdo, pero desde entonces cada vez que la ponen por la tele me quedo enganchado, intentando desentrañar qué narices vio Pumares en ella, qué significados ocultos tiene que yo no pillo.

Carlos Pumares, el gran campeón

MAGGIE (Henry Hobson. E.U.A., 2015)

Trailer, fotos, sinopsis y ficha

Esto de Schwarzenegger me viene al pelo para enlazar con la primera película del día en el Auditori, Maggie, drama sobre la asunción de la muerte y la pérdida de un ser querido con trasfondo de apocalipsis zombi, en el que Arnold Schwazenegger interpreta a un padre que cuida de su hija (Abigail Breslin) durante las últimas dos semanas de vida que presuntamente le quedan antes de convertirse en no muerta. Decía hace un par de crónicas que el cine de zombis necesita urgentemente vías de renovación, y eso es lo que intenta aportar Maggie. Sin embargo, en realidad lo único que renueva la película es el cine de dramas familiares, pues aquí el asunto de los zombies es un telón de fondo que de hecho resta más que suma, porque muchos espectadores no acaban de tomarse la cosa todo lo en serio que deberían (con una pandemia vírica más realista la película hubiese funcionado bastante mejor).

Maggie tiene buenas intenciones, los actores están en general estupendos y la factura técnica es notable, pero se pierde en estilismos vacíos y transmite cierta impresión de que ni el director Henry Hobson y el guionista John Scott 3 (ambos debutantes) han sabido qué hacer con los personajes, que se les han acabado las cosas que contar cuando aún quedaba una hora de película, y que han rellenado los huecos a base de planos de los personajes mirando hacia el horizonte con cara de “me duele el mundo”. A Maggie le falta convicción para ser un buen drama, y desparpajo para ser una buena peli de muertos vivientes.

"Espero que esto no te pase por follarte a un desconocido en un coche como en Contracted"

EL CADÁVER DE ANNA FRITZ (Hèctor Hernández. España, 2015)

Trailer, fotos, sinopsis y ficha

En un día flojucho en cuanto a propuestas seductoras (hace tiempo que muchos tenemos claro que el festival reserva para las fechas festivas su peor combinación de títulos, porque saben que van a llenar igual todas las sesiones), la producción catalana El cadáver de Anna Fritz se erige un poco en la “película que hay que ver”, impulsada por las buenas impresiones que ha ido dejando en otros certámenes de cine fantástico, y por el bombo y platillo con el que la están vendiendo los medios locales (TV3, Catalunya Radio, RAC1 y compañía no hablan de otra cosa). Su sinopsis, hay que reconocerlo, es de las generan interés inmediato: la joven y guapa estrella de cine Anna Fritz ha muerto, y tres amigos se cuelan en la morgue (gracias a uno de ellos, que trabaja allí como vigilante) para intentar follársela. Sí, ya he dicho que como sinopsis es espectacular. Sin embargo, una buena sinopsis no equivale a una buena película, y El cadáver de Anna Fritz se revela como una cinta de “suspensito” correcta y punto, sin cuerda suficiente para llenar siquiera los 75 minutos que dura (podría proyectarse en cualquier escuela de cine como ejemplo ilustrativo del concepto “cortometraje alargado”). Si a eso le añadimos un reparto interpretativamente justito (la actriz que hace de muerta es la mejor de los cuatro, no digo más…), y un final de lo más complaciente, la cosa se queda en curiosidad de medio pelo. Don’t believe the hype.

"Hazlo tú, que desde que vi Nekromantik que a mí me da asco"

THE HALLOW (Corin Hardy. Irlanda-G.B., 2015)

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La gran esperanza irlandesa para salvar la jornada, The Hallow, desemboca en otra decepción más. Este cuentecillo de tono rural-lovecraftiano sobre un matrimonio perseguido por los monstruos que acechan en los bosques cercanos a su nueva casa (y que les quieren robar a su bebé para hacerle cosas malas), daría para amenizar una maratón de madrugada con un público adecuadamente predispuesto al terror verbenero, pero por sí sola no resiste el visionado sin caer en el ridículo. El guión, que no empieza nada mal, se desaprovecha por completo en una segunda mitad de la película que básicamente es una persecución estiradísima; y los monstruos, cuya naturaleza se presenta de manera original e inquietante (bichejos salidos del folcklore irlandés, creados a partir de una especie de savia alquitranosa que infecta y pudre todo lo que toca) pierden su sensación de amenaza a medida que al espectador le va quedando demasiado patente que son actores vestidos con trajes de látex y caminando a cuatro patas (funcionarían mejor si se les viera menos). Una mediocridad más de género.

"Peor sería que saliera del WC justo antes de mear como en Las brujas de Zugarramurdi"

THE VISIT (Michael Madsen. Dinamarca-Finlandia-Noruega, 2014)

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En cada edición del festival intento zamparme algún que otro documental, porque suelen tocar temas relacionados con el fantástico (aunque sea tangencialmente) bastante interesantes. Hoy pasan The Visit, y para allá que me voy. The Visit plantea una pregunta no precisamente nueva: ¿Qué ocurriría si una raza alienígena llegara hasta la tierra y contactara con nosotros? La novedad estriba en que no plantea dicha pregunta a ufólogos, víctimas de abducciones ni demás frikis estilo "Cuarto Milenio", sino a altos cargos de Naciones Unidas, políticos, científicos y algún que otro teólogo. O sea, ojo que aquí hay nivel. Sin embargo, ninguno de ellos acaba diciendo nada interesante. No se mojan. Se pierden en divagaciones técnico-filosóficas que suenan a ladrillo. Afirman una cosa y la contraria (los extraterrestres vendrían en son de paz… o igual no; harían un esfuerzo por comunicarse con nosotros… o igual no; tendrían un gran impacto en la evolución de nuestros ecosistemas… o igual no; y así todo). Las imágenes del documental tampoco ayudan a su digestión: gente anónima caminando por las calles de una gran ciudad, tipos con bata blanca haciendo cosas arcanas en un laboratorio, tropas marchando arriba y abajo por la campiña… todo rodado en cámara superlenta. Hora y veinte de rollazo, vamos. “¿De dónde vienes? Manzanas traigo”.

"Me gusta tanto el Tetris que me he construido uno tamaño natural"

THE DEAD LANDS (Toa Fraser. Nueva Zelanda-G.B., 2014)

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The Dead Lands, vista de rebote en un pase nocturno del Retiro para llenar dos horas muertas, se acaba convirtiendo en la mejor noticia del día. Una especie de Apocalypto con guerreros maoríes, filmada en un tono naturalista que saca muy buen partido a las junglas neozelandesas y con las dosis justas de gore. Tampoco nos engañemos, novedades trae poquitas: la tribu de los malos ha masacrado a la de los buenos, y el hijo del caudillo de los buenos decide vengarse. Punto pelota. El toque original lo aporta la alianza improbable entre el protagonista y un solitario guerrero caníbal apodado “el Demonio”, que habita una zona llamada “las tierras de los muertos” y se dedica a cruspirse a cualquiera que allí entra. Quizás sean mis ganas locas de ver por fin algo que me guste, pero el caso es que The Dead Lands me parece una cinta de aventuras de lo más disfrutable, mucho más interesada en divertir que en dar una clase de antropología, con combates de lo más contundente (cachiporrazos de esos que te abren un tercer ojo en la frente), y un guión de primer curso de relato épico que funciona gracias al carisma de los personajes. Menos mal, ya me puedo ir a dormir tranquilo.